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¿Tiene la sensación que Dios le dejó solo?

¿Tiene la sensación que Dios le dejó solo?

No se cuantos le han escrito con la misma inquietud que yo, pastor Jiménez, pero siento que no puedo más. Atravieso por muchos problemas, tanto en mi familia como en el trabajo. Y lo que más me duele, es que pienso que en medio de mis dificultades Dios me ha dejado solo. Se que no debería ser así, pero cuando más emproblemado me encuentro, vivo el peso de la soledad con mayor fuerza. ¿Por qué no recibo ayuda de Dios?

M.M.J. desde Mar del Plata, en Argentina

Respuesta:

En primera instancia deseo compartir con usted un salmo enriquecedor de la Biblia. Es el 121. En ocho versículos que lo integran, sintetiza las tres actitudes que deben asistir a alguien en medio de dificultades: la primera, volver la mirada a Dios y no al hombre; la segunda, reconocer que como nuestro Padre, nos puede ayudar, y la tercera, que Su poder es ilimitado para atender cualquier necesidad que tenga.

Sobre esta base estoy seguro que Dios desea responder a su clamor, pero quizá— agobiado por el peso de los problemas— no se ha dirigido a Él en oración. Y eso es fundamental: buscarlo a Él (Mateo 7:7).

La ayuda de Dios está siempre a disposición y puede manifestarse de cuatro formas:

1.- Ayuda por el Espíritu Santo.

2.- Ayuda por los ángeles.

3.- Ayuda por la Palabra de Dios.

4.- Ayuda por otros cristianos.

Vamos a desarrollar cada uno de éstos ítems, bajo el convencimiento que traerán enriquecimiento a su vida espiritual y a la de los lectores.

Ayuda por el Espíritu Santo

El Señor Jesús hizo una extraordinaria declaración en diálogo con sus discípulos cuando les dijo: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Juan 14:26).

El Hijo de Dios nos anunció la presencia en medio nuestro del maravilloso Ayudador. Él estuvo presente desde la antigüedad cuando se requirió una intervención sobrenatural para salvar al pueblo de Israel (Jueces 3:9, 10; 6:34).

El Espíritu Santo nos ilumina, como hizo con José para hallar interpretación a los sueños del Faraón (Génesis 41:16, 38,39).

En medio de las circunstancias difíciles que enfrentaban, el Espíritu Santo llenó de fortaleza a los primeros cristianos para predicar con valor, por encima de la oposición (Hechos 1:8; 4:31). Hombres y mujeres que no tenían mayor formación, fueron utilizados por Dios bajo el influjo del Espíritu Santo, para desarrollar su misión (Hechos 4:13; Colosenses 1:23).

Y también, es por el Espíritu Santo que recibimos revelación, cuando estamos buscando en las cosas de Dios (1 Corintios 2:7-10).

No dudo que en su caso, en la búsqueda del auxilio divino, intervendrá el Espíritu Santo trayendo respuestas y soluciones.

Ayuda por los ángeles

En la Biblia aprendemos que Dios se vale de los ángeles para auxiliarnos en los momentos que lo necesitamos. Jehová Dios dispone de millones y millones de ángeles (Léase Daniel 7:9, 10). Estos hijos espirituales de Dios cumplen fielmente la voluntad del Señor (Salmos 103:20).

En su función de proteger y liberar a los humanos, intervinieron oportunamente para ayudar a Lot y a sus hijas a escapar de la destrucción de Sodoma y Gomorra (Génesis 19:1, 15-17). También en un solo día dieron muerte a 185 mil soldados asirios que amenazaban a Jesuralén (2 Reyes 19:35).

¿Recuerda cuando Daniel fue arrojado en el foso con los leones? Dios envió a su ángel y cerró la boa de las fieras (Daniel 6:21, 22). De igual manera leemos en el Nuevo Testamento que liberó al apóstol Pablo de la prisión (Hechos 12:6-11).

En el libro de Daniel, capítulo 10, leemos que un ángel le fortaleció. Tras apreciar una aterradora visión (Daniel 10:2, 3, 8), recibió estímulo y fuerzas para seguir adelante (Daniel 10:11, 19).

Ayuda por la Palabra de Dios

Cuando estamos en dificultades, hallamos también fortaleza a través de las Escrituras, que es la Palabra de Dios (2 Timoteo 3:16, 17). Y es precisamente en ella que obtenemos orientación práctica (Josué 1:8; Salmos 1:1-3).

En los escritos sagrados encontramos enseñanza específica, que se cumple, tal como ocurre con las profecías (Jeremías 25:11; Daniel 9:2).

También la Biblia puede llevarnos a reconocer en qué estamos fallando y animarnos a aplicar cambios radicales (2 Reyes 22:8; 23:1-7).

Ayuda por otros cristianos

Nuestro amoroso Padre nos provee ayuda, a través de otros cristianos. Tal vez le haya ocurrido que llegan a brindarle colaboración cuando usted menos lo esperaba. ¡Esa es la forma como actúa nuestro poderoso Dios!

Es probable que el cúmulo de dificultades que enfrenta le haya cegado en cuanto a la intervención del Señor en su vida. Pues bien, hoy es el día de hacer un alto en el camino, pedir que le brinde Su poderosa ayuda, y esté dispuesto a recibirla. De muchas maneras puede manifestarse, y usted así lo comprobará…

Publicado en: Consejería Familiar


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