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Sometiendo a Dios las crisis familiares

Sometiendo a Dios las crisis familiares

1. Lectura Bíblica:

2. Meditación familiar:

Lucía y Roberto han tenido dificultades familiares últimamente. Lo grave del asunto es que, después de diálogos que terminan en verdaderas batallas campales, tratar de resolver sus conflictos, agrava el asunto. Han llegado a pasar días enteros sin hablarse. Incluso Lucía dijo, un día, que estaba tan cansada que deseaba separarse. “Espera, creo que hay salida aún”, le dijo su esposo pero ella estaba muy ofuscada.

El proceso de transformación en el panorama difícil comenzó cuando se dieron a la tarea de orar y entregar en manos de Dios los factores que les llevaban a discutir con frecuencia, incluso en lugares públicos. Y Dios, como lo hace siempre, respondió porque Él nos ayuda si le damos el primer lugar en nuestra vida y en nuestra familia.

Lucía y Roberto están aprendiendo a manejar sus diferencias. Han comenzado a restablecer la relación y sanar las heridas con ayuda del Señor Jesús.

En la Biblia encontramos la promesa de que si buscamos al Señor, Él nos ayudará a salir del laberinto. No permita que lo embargue la angustia. Hay salida. Está en Dios. Búsquelo. El responderá a sus oraciones.

Hoy es el tiempo de rendir nuestra vida y nuestros conflictos al Señor. Dios es quien viene en nuestra ayuda cuando todo alrededor luce ensombrecido. No nos deja solos y nos permite salir del laberinto como enseña la Biblia:“Aun cuando yo pase por el valle más oscuro, no temeré, porque tú estás a mi lado. Tu vara y tu cayado me protegen y me confortan.” (Salmos 23:4. NTV)

Una barrera que solemos levantar en el momento de dirigirnos al Señor, se fundamenta en la convicción de que aún no tenemos una buena relación con Dios. Sin embargo es posible entrar en amistad con Dios, y más que eso, permitirle que guíe nuestros pasos.

¿De qué manera? Pidiéndole que entre a nuestro corazón. Es fácil. Basta con una sencilla oración que puede hacer incluso frente a su computador, pidiéndole a Jesús que more en nuestro corazón. Puedo asegurarle que su vida será transformada.

Hay dos recomendaciones finales. La primera, que haga de la oración un hábito diario para que en un diálogo sincero con Dios, pueda crecer. Él está a su lado, lo comprende y quiere ayudarle. No olvide que usted es Su hijo, por la obra redentora de Cristo. La segunda, que lea la Biblia. En la Palabra encontrará mensajes que alentarán su vida hacia el cambio y le mostrarán cómo caminar en el sendero del Señor. ¡Adelante, su vida no será la misma!

3. Oración familiar:

“Reconocemos amado Dios y Padre celestial que como familia hemos tenido problemas. Deseamos que nos ayudes a encontrar salida a los conflictos que enfrentamos. No estamos solos. Tu nos ayudas en el proceso. Te damos gracias porque nos permites reconocer los errores y emprender cambios, aplicar modificaciones en nuestro comportamiento. No estamos solos. Nos acompañas en todo el proceso. Amén”

4. Meta familiar para hoy:

Someteré en manos de Dios todos los conflictos familiares que estoy enfrentando.

Publicado en: Altar Familiar


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