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Sodoma y Gomorra: Juicio a dos fortalezas demoníacas de maldad


(Parte 2)

Sodoma y Gomorra: Juicio a dos fortalezas demoníacas de maldad (Parte 2)

Una de las polémicas más profundas de nuestro tiempo, gira alrededor del siguiente interrogante: La homosexualidad: ¿es enfermedad o se trata de una atadura demoníaca?

Hace pocos días un amigo sicólogo me relató el caso de un adolescente con comportamiento homosexual que se daba a la tarea de seducir personas adultas.

"Terminan involucrándolos con él; considera que es algo inevitable.", me dijo.

Los padres del chico, conscientes del problema, justificaban el hecho asegurando que era una enfermedad.

Cabe aquí de nuevo la pregunta de si la homosexualidad es una enfermedad o una atadura demoníaca. Tema controversial, sin duda.

Le invito para que miremos algunos elementos que nos ayudarán a despejar el interrogante.

La revista científica “Archives of Sexual Behavior” (Archivos de comportamiento sexual) en octubre del 2003 publicó un estudio del especialista Robert L. Spitzer, quien asegura a través de numerosos casos médicos que la homosexualidad es una enfermedad y puede curarse.

El estudio fue presentado en el 2001 en el Congreso de la Asociación Psiquiátrica Americana, luego de que Spitzer se retractara de la postura que lo hizo impulsar en 1973 el retiro de la homosexualidad de la lista de desórdenes psiquiátricos.

La investigación –basada en más de 200 casos entre pacientes americanos, canadienses y europeos– explica cómo los hombres y mujeres homosexuales son capaces de ser “predominantemente heterosexuales” luego de una psicoterapia ofrecida en su gran parte por organizaciones religiosas.

Según el Dr. Spitzer –profesor de psiquiatría en la Universidad de Columbia en Nueva York–, aunque la mayoría de homosexuales se declaran seguros de sus preferencias sexuales, otro grupo preferiría adoptar un estilo de vida heterosexual.

"Considero que las personas que se sienten angustiadas por su homosexualidad tienen todo el derecho de llevar a cabo esta terapia", afirmó el experto y agregó que “en algunos de los sujetos, los reportes de cambio en la orientación sexual fueron sustanciales y creíbles", dice.

Los 200 pacientes que participaron en el estudio –143 hombres y 57 mujeres — provinieron principalmente de Estados Unidos y Canadá, pero otros de Europa.

Según el psiquiatra, "Este estudio nos da evidencia de que hombres y mujeres homosexuales son capaces de cambiar su orientación sexual. Casi todos los participantes manifestaron cambios sustanciales en su orientación, y no sólo en una supuesta ‘actitud.’.

Muchos testimonios de personas que encontramos alrededor, reafirmar que sí hay posibilidades de modificar un comportamiento sexual contrario a la naturaleza.

¿Una mayoría homosexual?

La creciente comunidad homosexual a nivel mundial asegura que constituyen el 10% de la población mundial, fundamentados en los estudios del Dr. Alfred C. Kinsey.

Kinsey, que no era psiquiatra ni psicólogo ni sexólogo, sino profesor de biología y experto en la clasificación de insectos de la Universidad de Indiana.

Se dedicó por su propia cuenta a “investigar” la sexualidad humana, llegando a muy dudosos resultados como el de la tasa porcentual de homosexuales y lesbianas en el mundo.

No obstante encuestas hechas con volúmenes significativos de personas en EE.UU., Canadá, Gran Bretaña, Francia, Noruega, Dinamarca y otras naciones, muestran un cuadro de experiencias homosexuales de un 6% o menos, y de una incidencia exclusivamente homosexual de un 1% o menos.

El ejemplo más completo es el de una encuesta llevada a cabo por el Buró del Censo de los EE.UU. desde 1988, para el Centro Nacional de Estadísticas sobre Salud del Centro para el Control de las Enfermedades.

El sondeo de opinión, que cubrió unos 10,000 sujetos trimestralmente, sobre “Conocimientos y Actitudes Acerca del SIDA", incluyendo su comportamiento y conocimientos del tema desde 1977, arrojó los siguientes resultados:

Sólo el 3% manifestó haber tenido un comportamiento homosexual esporádico.

Sólo el 1,5% de las mujeres respondió afirmativamente en cuanto a esta inclinación sexual.

Una encuesta nacional mostró que 2,4% de los votantes en las elecciones presidenciales del 1992 en los Estados Unidos se describieron como homosexuales.

¿Pruebas científicas de la homosexualidad?

Científicamente no existe el primer estudio serio que determine que el comportamiento homosexual está en el ADN de cada individuo.

No se nace con el “gen” de la homosexualidad, como lo aseguraba el genetista del Instituto Nacional de Cáncer de los Estados Unidos, Dean Hamer, en 1993.

Señalaba una región del cromosoma X como probable localización de un gen determinante de la homosexualidad en los varones.

Un equipo dirigido por el profesor George Rice, de la Universidad de Ontario Occidental, en los Estados Unidos, repitió el experimento con otros sujetos y no ha hallado indicio alguno del supuesto gen.

Los resultados fueron publicados en la revista Science en la edición del 23 de abril de 1999, luego de un año de pruebas y análisis.

Nos asalta entonces una pregunta: Si el ser humano no nace con un comportamiento homosexual determinado y científicamente está descartado que sea una enfermedad, ¿qué es entonces?

En los pasajes analizados al comienzo de este estudio se documenta que la homosexualidad se enmarca en la categoría de atadura demoníaca. Forma parte del conjunto de hábitos y prácticas que categorizados dentro de la inmoralidad y perversidad sexual, y abre puertas mediante varios factores desencadenantes: consulta y lectura de material con contenido pornográfico, participación consciente e inconsciente en actividades ocultistas e incluso, a través de una línea de contaminación espiritual trasmitida de generación en generación.

¿Es posible ser libres del homosexualismo?

En una sociedad en la que hay ministros que se proclaman de iglesias cristianas que promueven el homosexualismo, el lesbianismo y las aberraciones como un comportamiento aceptado por Dios, es comprensible que se rotule a creyentes comprometidos con Jesucristo, como fanáticos.

Yo mismo he sido incluido en esa categoría, pero para ser sincero, no me preocupa. “Llamarnos víctimas de ataduras espirituales es fanatismo, y usted es un fanático.”, me escribió alguien desde Caracas.

Es importante que las personas que por años han estado inmersas en las perversiones sexuales y pese a sus esfuerzos no hayan podido ser libres, vuelvan su mirada al Señor Jesucristo. Él es quien rompe toda atadura al mundo de las tinieblas:

"Jesús dijo a los judíos que habían creído en él: –Si os mantenéis fieles a mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Ellos le contestaron: –Nosotros somos descendientes de Abrahamy nunca fuimos esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú que seremos libres? Jesús les dijo: –Os aseguro que todos los que pecan son esclavos del pecado. Un esclavo no pertenece para siempre a la familia, pero un hijo sí pertenece a ella para siempre. Así que, si el Hijo os hace libres, seréis verdaderamente libres.” (Juan 8:31-36)

¿Es posible entonces ser libres? Por supuesto que sí. Es importante que la persona reconozca su condición; segundo, que asuma el que, aunque lo ha intentado muchas veces, no logrará el propósito de escapar del homosexualismo, el lesbianismo o cualquier perversión sexual en sus fuerzas; tercero, que le abra las puertas de su corazón a Jesucristo y cuarto, que renuncie— en oración— a toda relación con prácticas inmorales. Son pasos fundamentales hacia la libertad en Jesucristo.

Hay una nueva vida de libertad para vivirla, como anotó el apóstol Pablo: "Así podréis portaros como deben hacerlo los que pertenecen al Señor, haciendo siempre lo que le agrada, dando frutos de toda clase de buenas obras y llegando a conocer mejor a Dios. Le pedimos que con su glorioso poder os haga fuertes; así podréis soportarlo todo con mucha fortaleza y paciencia, y con alegría daréis gracias al Padre, que os ha preparado para recibir en la luz aquella parte de la herencia que reserva a quienes pertenecen al pueblo santo. Dios nos ha librado del poder de la oscuridad y nos ha llevado al reino de su amado Hijo, por quien hemos recibido la liberación y el perdón de los pecados..” (Colosenses 1:10-14)

La decisión de permanecer atado por Satanás a la inmoralidad y perversión sexual, en cualquiera de sus manifestaciones, es suya y nada más que suya. Comience una existencia renovada. ¿De qué manera? Recibiendo a Jesucristo en su corazón como único y suficiente Salvador.

Es muy fácil. Basta que allí donde se encuentra, en oración, le diga: "Señor Jesucristo, reconozco que he pecado, y que en mis fuerzas, me resulta imposible cambiar. Te recibo en el corazón como mi único y suficiente Salvador. Has de mi la persona que tú quieres que yo sea. Amén"

Lo felicito por esta decisión. Es la mejor que puede hacer toda persona. Ahora tengo tres invitaciones para usted: la primera, que haga de la oración un principio de vida diaria; la segunda, que lea la Biblia. En ella aprenderá principios sencillos y prácticos que le ayudarán en el proceso de crecimiento personal y espiritual, y por último, comience a congregarse en una iglesia cristiana. ¡Su vida es distinta desde hoy!

Publicado en: Guerra Espiritual


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