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Si Jesús transforma su vida, usted impactará el mundo


(Lección 9 – Nivel 4)

Si Jesús transforma su vida, usted impactará el mundo (Lección 9 – Nivel 4)

Zaqueo madruga todos los días. Arregla su barba, escoge el mejor vestido y lo acompasa con las sandalias. Quiere ser el primero en llegar a su trabajo. Es cobrador de impuestos, pero además, el jefe. Todos lo reconocen. Y además de admiración u odio, nadie puede desconocerlo en la ciudad. Sus riquezas y posición social lo hacen visible socialmente.

Sin embargo, le asalta un profundo vacío. Nada ni nadie llenan esa sensación de desasosiego que le asiste cuando abre los ojos, y se apresta a iniciar una nueva jornada. La desesperanza no desaparece. Es como la sombra, va con él a todo lugar. Considera que proseguirá así por tiempo indefinido, sin esperanza.

Ese día, sin embargo, marcó un antes y un después en su historia. Venía Jesús a la ciudad. Era motivo de conversación en todas las casas, en el mercado, en las esquinas y donde quiera que se reunieran los parroquianos.

Sintió inquietud. Es cierto, tenía mucho trabajo. No obstante, decidió formar parte de la romería que estaría atenta al arribo del Caminante y de sus colaboradores.

El evangelista Lucas relata la escena, con poderosa fuerza descriptiva: “Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí. Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa. Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso.” (Lucas 19:1-6. RVR)

No fue un día cualquiera, no solo para Zaqueo sino para millares de personas. Encontrarse con Jesús transformó su existencia. Todos compartían un común denominador: Deseaban algo más que una cotidianidad monótona, sin sentido y sin propósito.

En adelante, cambiaría el curso de su historia, y los cambios en su forma de pensar y de actuar, terminaría por impactar a sus familias y a quienes les rodeaban.

Quien se acerca a Jesús experimenta cambios

Lo más probable es que Zaqueo llegó a ser un seguidor cercano de Jesús. Un discípulo. Tal vez no figuró como tantos otros, pero su influencia resultó transformadora en su entorno.

¿Cuándo ocurre esto? Cuando abrimos el corazón al mover de Cristo. Ocurrió con Zaqueo y, sin duda, ocurrirá con usted.

Recibirle en su corazón lo tornará un discípulo. Ahora bien, usted puede ser un discípulo del montón o alguien que marque la diferencia.

El autor y conferencista internacional, Henry Blackaby, hace un valioso apunte sobre este particular:
“Dios está obrando para reconciliar consigo al mundo. Él te ama, por eso desea que participes en su actividad. Su iniciativa es buscar una relación de amor contigo. Luego te invita a participar con Él en su obra. A medida que se relaciona contigo, Dios se revela a sí mismo y te revela sus propósitos y sus caminos. Si deseas tener una experiencia con el poder de Dios que obra en y a través de ti, debes andar por fe, hacer grandes ajustes y obedecer todo lo que Dios te dice que hagas.” (Henry Blackaby. “Experiencia con Dios”. B&H Grupo Editorial. 2009. EE.UU. Pg. 62)
El objetivo es ser transformados y generar transformación entre quienes nos rodean. Nuestro testimonio de vida impacta, reta positivamente, anima a otros. Es una forma de extender el Reino de Dios. Contribuye a proclamar las Buenas Nuevas.

No se desanime por las críticas

Cuando usted emprende el proceso de cambio y crecimiento, sin duda hallará tropiezos. Es parte del costo que trae consigo convertirnos en discípulos de Jesús. No somos los únicos y tampoco seremos los últimos en enfrentar esta situación.

Cuando revisamos la historia de Zaqueo, encontramos que encontró dificultades a su paso. De hecho, el propio Jesús fue duramente cuestionado cuando entró en casa del Jefe de los publicanos: “Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador.” (Lucas 19:7. RVR)

¿Qué hacer cuando surge oposición? Afincarnos en Jesús, el Hijo de Dios, y reemprender el camino. Avanzar. No dejar que las circunstancias no lleven a experimentar estancamiento o revés espiritual.

Un discípulo de Jesús evidencia la autenticidad de sus cambios

Cuando nos convertimos en discípulos de Jesús, Él ejerce un poder transformador en nuestra forma de pensar y de actuar. Es un cambio que está íntimamente ligado al hecho de convertirnos en Sus seguidores.

Quizá ahora que camina de la mano del Maestro, se haya visto confrontado con su vieja naturaleza. Algo o alguien lo atraen al pecado. No obstante usted es consciente de que, como cristiano, no puede obrar como antes. Y termina optando por hace lo bueno.

No es religiosidad. Es vivenciar a Cristo. Llevar a la práctica los principios aprendidos en el libro de los vencedores, la Biblia.

El evangelista Lucas testimonia del cambio del jefe de los publicanos: “Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.” (Lucas 19:8-10. RVR)

Cuando Zaqueo le abrió las puertas de su corazón y de su hogar a Jesús, sin importarle las críticas que podría desencadenar su decisión, anunció que compensaría a aquellos a quienes había causado daño.

Lo esencial es que no se trate de cambios transitorios sino que se mantengan en el tiempo. Esas modificaciones profundas, impactantes, no se logran en nuestras fuerzas sino en el poder de Dios.

Sobre este particular, Henry Blackaby anota:
“Jesús se daba cuenta de que nada podía hacer por sí mismo. Sin embargo, si el Padre obraba en Él, podía hacer cualquier cosa. Esto tiene suma importancia para ti y para mí, porque Jesús era el Hijo de Dios. Nunca tomó la iniciativa de soñar con algo en especial o de lanzar algún ministerio nuevo. Vivió su vida en dependencia absoluta a su Padre. Si Jesús dependía del Padre, entonces tú y yo debemos reconocer que es ridículo emprender cualquier iniciativa sin la dirección o la guía del Padre.” (Henry Blackaby. “Experiencia con Dios”. B&H Grupo Editorial. 2009. EE.UU. Pg. 69)
Convertirnos en discípulos que ejercen una influencia positiva allí donde se desenvuelven, demanda ajustes en nuestra vida. Modificaciones profundas que nos lleven a hacer lo bueno.

Ánimo, de la mano de Jesús nuestra vida, nuestra familia y el entorno en el que nos movemos, será transformado.

Preguntas para su auto evaluación en su avance como Discípulo de Jesús:

Le invitamos esta semana a repasar la Lección y responder los siguientes interrogantes, que le ayudarán a profundizar en las enseñanzas y a tornarlas prácticas en su vida diaria:

a.- ¿Quién era Zaqueo y cuál era su función en la sociedad? ¿Cuál era su trabajo?

b.- En su condición de funcionario público, ¿qué tipo de influencia podríamos concluir que ejercía?

c.- ¿Qué significó para Zaqueo el llamamiento del Señor Jesús (Lucas 19:1-6)?

d.- ¿Qué ocurre con aquellos que han tenido una experiencia personal con Jesús el Señor?

e.- ¿Qué debemos hacer cuando surgen inconvenientes y oposición (Lucas 19:7)?

f.- ¿Qué evidencias de cambio mostró Zaqueo del cambio que produjo el Señor Jesús en su vida (Lucas 19:8-10. RVR)?

g.- ¿Evidencia en su vida que ha experimentado cambios por la obra de Jesús en su corazón?

Publicado en: Escuela de Discipulado


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