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Que los celos no destruyan su hogar

Que los celos no destruyan su hogar

1. Lectura Bíblica: Proverbios 6:34

2. Meditación familiar:

Lo que jamás imaginó Lucrecia, después de cantaletear a su marido por llegar bien tarde en la noche, es que en efecto él no le mentía cuando le dijo que se averió un neumático del auto y que, por ser hora de alta congestión, el servicio de reparación llegó tarde.

Mentiras tuyas…”, le gritó ella y añadió que no sabía con quién andaría él. “Me entero que andas por allí de correría, y me separo; me llevo a los niños y te demando”, le dijo antes de echarse a llorar.

Media hora después, la llamó una prima. “Lucrecia, vimos a Roberto haciendo señas en la autopista, pero ni forma de ayudarle… ¿Qué vehículo arrima a esa hora? Llamaba a pedirte que me disculpes ante él… Qué pena no haberle podido ayudar”, y después de los asuntos rutinarios en ese tipo de comunicaciones, se despidió.

Y allí estaba Lucrecia, procurando acercarse a Roberto que no salía de su asombro por la gritería de su mujer, en un nuevo rapto de celos que le estaba llevando al límite de su paciencia…

Sufrir celos de forma moderada es una respuesta emocional normal pero, sentirlos de manera exagerada y descontrolada lo convierten en algo patológico.

Los sicólogos coinciden en señalar que cuando los celos son infundados y exagerados, algo no va bien. Pero, ¿sabemos por qué sentimos celos?, En esencia son un sentimiento de temor a perder a la persona amada. Cuando son enfermizos, nublan la razón de quien los padece. Sus sospechas se basan, la mayoría de las veces, en suposiciones sin fundamento y, el constante temor a ser abandonados, les lleva a ejercer un continuo temor sobre la pareja.

La sicóloga Amelia Rodríguez advierte que:
“Si usted es de los que se gasta más del 305 de su día en pensar cómo lo engaña su cónyuge o pareja; si acude a conductas de espionaje o si ve signos de infidelidad en todas partes, es probable que esté padeciendo una celopatía. El primer paso es reconocer que se padece este trastorno. Un segundo paso es expresarle a su pareja en qué situaciones se siente inseguro y, sin acusaciones, buscar soluciones.” (Amelia Rodríguez. “Cuidado con los celos que matan”. Artículo en el Diario ADN Colombia. 28/02/2014. Pg. 14)
Es necesario hacer una auto evaluación. Reconozca que quizá el problema está en usted que debido a la inseguridad o creer que no merece el amor de su cónyuge, desconfía del cariño y sinceridad que le brinda. Revise si ese comportamiento no procede de hechos de su familia, en el pasado. Quizá quedó traumado o traumada por una escena de celos de sus padres.

Si le han traicionado, evalúe si en efecto se está repitiendo el mismo esquema o quizá son ideas preconcebidas.

Controlar los celos es posible cuando revisamos los pensamientos y si son de celos, ponerlos en una balanza tomando en cuenta que son destructivos; sustitúyalos por pensamientos de seguridad y confianza que ayuden a poner freno. En segundo lugar y con ayuda de Dios, procure ser objetivo. Diferencie la realidad de las ideas preconcebidas que puede tener en mente.

Reconozca que usted es decisivo en el proceso de resolver esa situación. En tercer lugar, tome nota de los consejos y orientaciones que ha recibido al respecto.

No se encierre en un pequeño mundo, que puede ser dañino para usted. Como cuarto paso, aclare sus ideas y evalúe cómo es el comportamiento de su pareja. Valore los detalles, el cariño y la paciencia que han tenido con usted.

En quinto lugar, evita utilizar amenazas, hable claramente con su cónyuge de lo que le ocurre, no se deje cegar por la rabia. Por último, recuerde que lo primordial el salvar el hogar, no contribuir a destruirlo. Al respecto ya advirtió el rey Salomón: “Porque los celos son el furor del hombre, Y no perdonará en el día de la venganza.” (Proverbios 6:34)

En todo momento quien debe tomar primacía en su vida familiar y en la relación de pareja, es Dios mismo. No lo deseche. Permítale que ocupe el primer lugar en su hogar. Y si Él, nuestro amado Salvador Jesucristo, aún no mora en su corazón, hoy es el día para que le abra las puertas y emprenda el maravilloso camino de crecimiento personal y espiritual que tanto necesita.

3. Oración familiar:

“Amado Dios y Padre celestial, Tú eres el Dios de la familia. Te damos gracias porque nos ayudas diariamente a identificar errores y aplicar correctivos. El proceso de mejorar en nuestro hogar no es un proceso que estamos viviendo solos sino que, con Tu ayuda, vamos logrando. Te pedimos hoy que nos ayudes a encontrar soluciones a los conflictos que no faltan. Quedamos en tus manos. Amén.”

4. Una Meta familiar:

Revisaré mis sentimientos y evaluaré cuidadosamente de qué manera mis celos están contribuyendo a erosionar la relación de pareja.

Publicado en: Altar Familiar


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