Primer Principio de Victoria: La oración
(Lección 2 – Nivel 1)
¿Sabías que una vez tenemos plena conciencia de qué ocurrió con nuestra vida al recibir a Jesucristo como Señor y Salvador, es necesario adoptar tres Principios de Victoria?
Usted sin duda se preguntará el por qué? La respuesta es sencilla. Iniciar el discipulado es vivenciar a Cristo. El autor cristiano, Bertram L. Melbourne, lo explica mucho mejor cuando dice:
“En el ámbito personal, el discipulado al encuentro que tiene una persona con Cristo, el cambio que experimenta su vida y su relación con el mundo. Se refiere también al compromiso que trae consigo la vida cristiana, y al vivir la fe que trae como consecuencia llamarse seguir del Señor Jesús. El fiscipulado involucra, así mismo, no solo lo que el cristiano hace en nombre de Cristo, sino también cómo representa a Cristo en el mundo en el cual se desenvuelve.” (Bertram L. Melbourne. “El discípulo y el discipulado”. APIA editores. 2008. EE. UU. Pg. 6)
Te preguntarás, ¿de qué se trata todo este asunto? Es sencillo. Veras: para asegurar crecimiento en nuestra vida cristiana, hay tres elementos fundamentales que debemos aprender. ¿Quieres saber cuáles son? Los describimos a continuación:
1.- El principio de la oración
2.- El principio del estudio de la Palabra de Dios: la Biblia.
3.- El principio de congregarse con otros creyentes en Jesucristo.
Estos tres elementos son esenciales, sin embargo en esta lección definiremos el...
Principio de la Oración
¿Cuál es en tus propias palabras el significado de orar? ¿Qué significa para ti? Es probable que tengas las ideas preconcebidas que nos forjaron desde la iglesia tradicional a la que asistías en la cual orar era una concatenación de frases, muchas veces sin mayor trascendencia para nosotros, conocidas como oraciones, novenas y letanías.
El primer paso entonces es determinar qué es oración. He aquí una descripción sencilla: “La oración es un diálogo con nuestro amado Dios bajo la certeza de que Él nos escucha”.
El propio Señor Jesucristo pasaba tiempo en oración
¿Tú deseas aprender del Señor Jesús? Sin duda que sí. Una de sus motivaciones era la oración. ¿Lo sabías? Es lo que aprendemos en las Escrituras: “En aquellos días se fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos, a los cuales llamó también apóstoles...” (Lucas 6:12, 13)
El texto nos enseña tres aspectos importantes:
1.- La oración formaba parte fundamental de las acciones diarias del Señor Jesús.
2.- Pasaba largas horas delante de Dios el Padre en oración.
3.- No tomaba ninguna determinación— como aquella de escoger a sus discípulos— sin antes orar.
El Evangelio también registra el hecho de que el Señor Jesús comenzaba su jornada diaria con oración. También apreciamos en la Biblia que terminaba sus actividades cotidianas yendo a la presencia del Padre: “ En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo” (Mateo 14:22, 23).
¿Has comprendido hasta el momento el significado de la oración? Ahora es probable que tengas un interrogante
¿Por qué cosas debemos pedir?
Una pregunta de suma importancia. Si bien es cierto, en la Escritura encontramos que Dios conoce cuáles son tus necesidades y las mías, no estamos eximidos de ser específicos en nuestras oraciones. Pueden ser por crecimiento espiritual, salud, provisión financiera, paz para nuestro ser, la conversión de un familiar y que el Señor te revele cuál es Su plan para tu vida, entre otras.
Aquí hay tres elementos que debes conocer. Se trata de los tipos de oración:
1.- Oración general.- Cuando tú hablas con Dios y le refieres todo lo que concierne a tu vida, tus necesidades y la petición que tienes de ayuda. También puede estar orientada a expresar gratitud a Aquél que todo lo puede.
2.- Oración de intercesión.- Cuando nuestras oraciones son a favor de otras personas: por su conversión a Cristo Jesús, por sanidad física, por provisión financiera etc.
3.- Oración de guerra espiritual: Se trata de un concepto que desarrollaremos más adelante, pero para adelantarte un poco te diremos que es el tipo de oración que hacemos –entre otras cosas — para que Dios nos fortalezca cuando vienen tentaciones y asedios de parte de nuestro enemigo espiritual: Satanás.
4.- Oración de clamor: Cuando nos humillamos delante del Señor para elevarle una petición específica. Oramos intensamente hasta tanto vemos una respuesta. En algunas ocasiones nuestras oraciones van acompañadas con ayuno.
¿Qué aspectos estorban nuestras oraciones?
¿Has escuchado frases como: “A pesar de mis oraciones parece que Dios no me escucha?”? Sin duda que sí. En tales casos pueden estarse manifestando impedimentos a la oración. Te preguntarás, ¿por qué ocurre? Hay varios aspectos que describimos a continuación.
1.- La falta de santidad.
2.- No perdonar a quienes nos provocan mal. La Biblia dice: “Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda” (Mateo 5:23, 24).
3.- Una mala relación matrimonial tal como advierte el apóstol: “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas (la esposa) sabiamente, dando honra a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de vida, para que vuestra oraciones no tengan estorbo” (1 Pedro 3:7).
4.- La vana repetición de palabras. Para que nuestras oraciones sean eficaces, no es necesario abundar en palabras floridas, tratando de impresionar a Dios: “Y orando, no uséis de vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería, serán oídos. No os hagáis, pues, semejante a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros se lo pidáis” (Mateo 6:7, 8).
¿Cuántas veces debemos orar?
Tal vez te preguntarás, ¿cuántas veces sea necesario orar? Tal como lo aprendemos en las Escrituras: “También les refirió una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar” (Lucas 18:1). ¿Te das cuenta? No desmayar implica perseverar, que es una palabra clave cuando clamamos.
El apóstol Pablo recomienda:”Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias” (Colosenses 4:2). Y más adelante exhorta: “ Orad sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17). ¿Lo observa? No existe basamento Escritural para asegurar que con orar una vez, basta. Es necesario perseverar, persistir, no desmayar hasta tanto veas la respuesta de Dios.
Aplicación personal:
1.- ¿Explique con sus propias palabras qué son los Principios de Victoria?
2.- ¿Podría decir cuáles son los tres Principios de Victoria?
3.- ¿Qué aspectos aprendemos del Señor Jesucristo en su disposición de orar? (Lucas 6:12, 13).
4.- ¿De qué manera concluía el Señor Jesucristo sus actividades cotidianas? (Mateo 14:22, 23).
5.- ¿Podría describir algunas de los tipos de oración?
6.- ¿Hay aspectos que impiden nuestras oraciones? ¿Podría describir algunos de ellos? (Mateo 5:23, 24; 1 Pedro 3:7; Mateo 6:7, 8).
7.- ¿Cuántas veces debemos orar? (Lucas 18:1).
Versículo para memorizar durante la semana:
“Y orando, no uséis de vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería, serán oídos. No os hagáis, pues, semejante a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros se lo pidáis” (Mateo 6:7,8).
Publicado en: Escuela de Discipulado
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