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El trabajo diario, es un privilegio no un castigo divino

El trabajo diario, es un privilegio no un castigo divino

1. Lectura Bíblica : Colosenses 3:23; Salmos 128:2

2. Versículo para memorizar:

“Todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres…” (Colosenses 3:23. Nueva Biblia de Los Hispanos).

3. Reflexión en la Palabra de Dios:

Iba de regreso a Cali, junto con mi esposa. Antes de ingresar a la sala de espera un hombre amable ofrecía café tinto. No puedo negar que –como buen colombiano— me gusta el cafecito. Compré uno. La persona me dio el cambio y sonriendo expresó: “A sus órdenes”. Me agradó su disposición y se lo dije. Su respuesta me sorprendió aún más: “Cada vez que vendo un café a alguien que desea tomarlo, me siento bien. Es mi forma de servir y sé que mi trabajo agrada a Dios”.

Aún recuerdo el vuelo de camino a la ciudad. Por encima de las montañas, muy alto en las nubes, pensaba cuál es nuestra actitud frente al trabajo. Aquellas palabras de un hombre sencillo me impactaron mucho. Él estaba convencido de que su trabajo constituía una forma de servir a otras personas y honrar al Creador.

¿Ha pensado usted igual? Probablemente no. En muchas ocasiones cuando suena la alarma del reloj, había pensado: “Otro día para batallar”. Se lo confieso. Desde el diálogo con ese vendedor de café de quien aprendí mucho sin que él fuera un conferencista reconocido, digo al despertar: “Gracias Dios por otro día de trabajo.”.

Nuestro trabajo es un privilegio. Tenemos la oportunidad de ganarnos la manutención y la de nuestra familia, con un empleo honrado y digno, por humilde que parezca. Es una bendición de Dios. Y si hacemos las cosas bien, con excelencia, lo honramos a Él.

El autor y conferencista, Juan U Kunz, describe lo lejos que podemos llegar a ser en manos de Dios, incluso con nuestro desenvolvimiento secular:
“Dios creó al hombre con capacidades mentales y físicas extraordinarias con el fin de que las desarrolle y utilice para la gloria suya, es decir, de nuestro Creador. Debido a que el ser humano es llamado a ser colaborador de Dios, el trabajo de cada persona es inmensamente importante... El trabajo no es consecuencia del pecado, como algunos sostienen. Dios ya había dado al hombre la responsabilidad de trabajar antes de la desobediencia (Génesis 2:15). Hay una mentalidad heredada desde la antigüedad que dice que el trabajo es algo vil y humillante…Es un concepto equivocad.” (Publicación: “Mensaje de Paz”. Bolivia. 05/14/2014. Número 397)
Le invito a considerar la recomendación del apóstol Pablo a todos cuantos trabajamos secularmente: “Todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres…” (Colosenses 3:23. Nueva Biblia de Los Hispanos).

La autora norteamericana Lesllie Parrott insistía en sus conferencias y libros que todo partía de un elemento fundamental: actitud. Y esa palabra pequeña, cobra particular vigencia cada vez que hacemos algo. Actitud. Disposición. Compromiso.

Puedo asegurarle que si aseamos un piso, lavamos ropa, lustramos calzado, atendemos público, vendemos café en un establecimiento o cualquiera otro oficio digno hoy día, lo hacemos con una actitud de compromiso y pleno convencimiento que es una forma de servir a otras personas, estamos honrando a nuestro Dios.

Nuestro desenvolvimiento laboral es una forma de servir a Dios. No es únicamente en la iglesia donde se sirve, también cuando hacemos algo por otras personas. Servicio a las personas está ligado al servicio a Dios. En adelante, hágalo con una buena actitud…

Si no ha recibido a Jesucristo como su Señor y Salvador, hoy es el día para que lo haga. Puedo asegurarle que no se arrepentirá. Ábrale las puertas de su corazón. Es el principio para caminar en victoria, de la mano del Señor, quien nos lleva siempre a nuevos niveles de crecimiento.

4. Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:
  1. ¿Qué dice el apóstol Pablo en cuanto al trabajo –leer Colosenses 3.23--?
  2. ¿Cuáles son las actividades que debemos realizar de “corazón” según este texto bíblico?
  3. ¿Por qué debemos valorar nuestro trabajo, por humilde que parezca?
  4. ¿Honramos a Dios con nuestro trabajo?¿Podría evaluar personalmente, el por qué?
En adelante cada jornada de trabajo la someteré en manos de Dios.

Publicado en: Devocionales Diarios


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