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De una fe simple a una vida de milagros poderosos


(Lección 6 – Nivel 4)

De una fe simple a una vida de milagros poderosos (Lección 6 – Nivel 4)

La mujer escuchó hablar de Jesús. No lo conocía. Sólo por rumores. “Sana a los enfermos", decían unos. “Es un santo", decían otros. “A doña fulana le liberó un hijo de espíritus inmundos", decían más allá. Todos coincidían que de él salía un poder extraordinario que cambiaba todo y a todos.

Y ella decidió acercarse para ver más; sin embargo, a multitud se lo impedía. En ese preciso instante en que se arrimó, uno de los líderes de la sinagoga llamado Jairo, le estaba rogando que fuera hasta el lugar donde su hijita estaba gravemente enferma.

Si pones tu mano sobre la niña será sanada —le decía.

Ella no pudo resistirse… El evangelista Marcos, relata que: "Ella había oído de Jesús, así que se le acercó por detrás entre la multitud y tocó su túnica. Pues pensó: «Si tan solo tocara su túnica, quedaré sana». Al instante, la hemorragia se detuvo, y ella pudo sentir en su cuerpo que había sido sanada de su terrible condición." (Marcos 5:27-29. NTV)

Un pasaje maravilloso. Le invito a leerlo una y otra y otra vez hasta que descubra una fe simple, sencilla, sin razonar mucho, pero con un profundo convencimiento de que vendría la sanidad a su vida si tan solo se atrevía a tocar el manto de Jesús.

¿Lo gobierna aún la duda cuando pide un milagro?

¿Qué podría decir respecto a su vida? ¿Sería usted capaz de acercarse a Jesús para tocarle el manto, o quizá dudaría que ese simple gesto traería sanidad a su salud?.

La respuesta a estos interrogantes reviste importancia porque le permitirá evaluar el impacto de sus oraciones. Probablemente cuando dobla rodilla para ir a la Presencia del Señor en clamor, está gobernado por la duda y tal vez sigue así aún cuando haya pasado bastante tiempo orando.

Si es así no puede esperar que ocurran milagros. Se necesita una fe sencilla, una fe que no se ponga a razonar cómo ocurrirá el hecho prodigioso que está pidiendo y que rompe todos los marcos de la lógica.

Jesús desea responder a sus oraciones con milagros. No crea que se enojará si usted ora y persiste en el clamor.

Marcos continúa su relato diciendo que: “Jesús se dio cuenta de inmediato de que había salido poder sanador de él, así que se dio vuelta y preguntó a la multitud: «¿Quién tocó mi túnica?». Sus discípulos le dijeron: «Mira a la multitud que te apretuja por todos lados. ¿Cómo puedes preguntar: “¿Quién me tocó?”». Sin embargo, él siguió mirando a su alrededor para ver quién lo había hecho. Entonces la mujer, asustada y temblando al darse cuenta de lo que le había pasado, se le acercó y se arrodilló delante de él y le confesó lo que había hecho. Y él le dijo: «Hija, tu fe te ha sanado. Ve en paz. Se acabó tu sufrimiento».” (Marcos 5:30-34. NTV)

¿Por qué la insistencia del Señor Jesús en saber quién había sido sanado? Un autor cristiano lo sintetiza así:
“Con Jesús, nadie está solitario o pasa inadvertido en medio de una multitud. La fe firme de la mujer necesitaba ser reconocida, y su curación debía tener reconocimiento público, con el fin de que su relación con su familia y amigos pudiera restaurarse sin sospechas ni burlas. Así que el Señor Jesús afirmó la fe de ella en público y endosó su sanación. Tal vez quería que la fe de la mujer se convirtiera en modelo para los discípulos.” (Bertram L. Melbourne. “Ideas prácticas para el discipulado”. Apia Editores. 2007. EE.UU. Pg. 60)
Retomemos el texto Escritural. Observe con detenimiento la hermosa descripción que hace el evangelista de ese momento crucial. ¿Qué fue lo que le dijo Jesús? “Hija, tu fe te ha sanado. Ve en paz. Se acabó tu sufrimiento”. Es el amor de Dios en su máxima expresión a una mujer que había padecido por años.

El amor de un Dios que desea la sanidad física y emocional para cada uno de nosotros. El Dios que escucha nuestro clamor. El Dios que desea que vamos a Su Presencia para pedirle.

Reflexione sobre la necesidad de creer, sin mayores rodeos, sin muchos razonamientos. Simplemente creer en un Dios sanador, que es al mismo tiempo nuestro Padre. Si nuestra concepción sobre Él y su poder cambia, puedo asegurarle que su vida de fe se dinamizará y podrá entrar en la dimensión de milagros que siempre ha anhelado.

Cuestionario para la profundización de la Lección 6:

Por favor, lea detenidamente los textos y postulados de cada pregunta, y teniendo a mano su libreta de apuntes, por favor, anote las respuestas:

a.- ¿Qué le enseña a su vida de oración el pasaje de Marcos 5:27-29?

b.- ¿De qué manera podría imprimir cambios a su forma de orar y creer en Dios?

c.- Cuando ora, ¿se pregunta cómo ocurrirá el milagro? ¿Se ha dado cuenta que razonar sobre los milagros puede convertirse en una enorme barrera?

d.- ¿Por qué el interés de Jesús el Señor por saber quién había recibido sanidad?

e.- ¿Qué reflexión hace usted cuando lee Marcos 5:30-34? ¿De qué manera enriquece su vida de fe?

Publicado en: Escuela de Oración


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