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Camino a la intimidad con Dios en 5 pasos


(Lección 6 – Nivel 6)

Camino a la intimidad con Dios en 5 pasos (Lección 6 – Nivel 6)

Intimidad con Dios. No son solo tres palabras ni la expresión pasiva de una idea. Intimidad con Dios encierra un profundo significado. Define el proceso mediante el cual nos acercamos a Dios, y con el corazón dispuesto, decidimos permanecer con Él.

¿Usted ha desarrollado intimidad con Dios? Por favor revise la pregunta. Formúlesela cuantas veces sea necesario. De acuerdo con la respuesta usted encontrará la razón para que se produzcan dos hechos importantes en su vida personal y familiar:
  • Eficacia en nuestras oraciones
  • Cobertura eficaz de protección para nuestra familia
Cuando hay intimidad con Dios, orar dejará de ser un ejercicio espiritual tedioso  para convertirse en una disciplina en la que anhelaremos tener una relación permanente con Él.

Disposición de corazón

Usted podrá leer todos los libros que haya sobre oración, participar en cuantos cursos se dicten de manera presencial o virtual y hasta asistir a múltiples conferencias sobre cómo orar. Sin embargo, sólo desarrollará esa capacidad de intimar con Dios a través de la oración, cuando disponga su corazón.  No hay otra alternativa.

Asimílelo: La disposición de corazón es fundamental para avanzar en la intimidad con nuestro Creador, y en esa misma medida, afianzarnos en la fe y obtener oportunas respuestas a nuestro clamor.

Un padre, una madre, un hijo o un hermano que clama por su familia, debe tomar conciencia sobre la necesidad de mantenerse en la Presencia de Aquél que todo lo puede.

Moisés, un ejemplo de intimidad con Dios

Cuando vamos al libro del Éxodo, encontramos un distintivo especial en la vida de Moisés. No solo era obediente a Dios, sino que además pasaba tiempo en la Presencia de Dios.

Piense por instante de qué manera aplicar estos sencillos elementos contribuirían a dinamizar sus oraciones e intercesión por la familia. Puedo asegurar que todo, absolutamente, sería diferente.

Con fundamento en las Escrituras, le invito a tomar nota de los siguientes principios aprendidos de Moisés:

1.- Aparte tiempo para Dios

En medio de nuestra apretada agenda diaria, ¿qué tiempo aparta para Dios? Lo más probable es que tenga tantos compromisos— muchos de ellos en la obra del Reino —, que a lo sumo destina alrededor de cinco minutos para el Señor, o quizá menos.

Cuando Moisés asume la tarea de guiar a Israel a través del desierto, comprendió la necesidad de depender del Supremo Hacedor, acudiendo a las citas con Él cada que fuera necesario.

En la Biblia leemos que “Moisés se quedó en el monte con el Señor durante cuarenta días y cuarenta noches. En todo ese tiempo, no comió pan ni bebió agua. Y el Señor escribió  en las tablas de piedra las condiciones del pacto: los diez mandamientos. ” (Éxodo 6:28. NTV)

Apartar tiempo para Dios es fundamental. No se concibe un líder cristiano eficaz que no ore, y menos, que podamos ejercer un liderazgo familiar sin que consultemos y volquemos nuestro corazón ante el Padre.

2.- Permita que Dios lo transforme

Lo que marca la diferencia en nuestra relación familiar y en nuestro desenvolvimiento social, es el grado de intimidad que desarrollamos con Dios.

A través de la oración, Él nos transforma. Impacta el liderazgo que ejercemos en el hogar, nos brinda guía segura y oportuna, y además, escucha nuestras oraciones a favor de nuestro cónyuge e hijos:

Dicen las Escrituras que “Cuando Moisés descendió del monte Sinaí con las dos tablas de piedra grabadas con las condiciones del pacto, no se daba cuenta de que su rostro resplandecía porque había hablado con el Señor. Así que, cuando Aarón y el pueblo de Israel vieron el resplandor del rostro de Moisés, tuvieron miedo de acercarse a él.” (Éxodo 6:29, 30. NTV)

No necesitamos pregonar cuánto tiempo oramos delante de Dios. El ascenso a un nuevo nivel espiritual, aun cuando no lo queramos, siempre saltará a la vista.

3.- Permita que Dios le hable a través de la oración

Cuando oramos, Dios nos habla. Es un proceso de retroalimentación. En dos vías. No solamente somos nosotros quienes le decimos cómo nos sentimos, pedimos su orientación en algo o hacemos un requerimiento por su intervención milagrosa. Él responde, y además, nos habla.

Moisés desarrolló intimidad con Dios, y en ese proceso, permitió que le hablara. A su turno, Él hablaba al pueblo al que lideraba.

Igual con nosotros: vamos a Dios en oración y Él nos orienta respecto al curso que debe tomar nuestra familia. Es el liderazgo más eficaz que podemos realizar, dependiendo en todo momento de Él.

Le invito a considerar lo que, en ese orden de ideas, ocurrió con el liderazgo de Moisés: “Sin embargo, Moisés llamó a Aarón y a los jefes de la comunidad, les pidió que se acercaran y habló con ellos. Luego, todo el pueblo de Israel se acercó y Moisés les transmitió todas las instrucciones que el Señor le había dado en el monte Sinaí.” (Éxodo 6:31, 32. NTV)

Cuando surgen dificultades a nivel familiar, cuando hay situaciones que no sabemos cómo manejar con nuestro cónyuge o situaciones insostenibles con los hijos, es a Dios a quien debemos acudir en procura de que nos guíe.

4.- Habitúese a buscar a Dios

Buscar a Dios en oración no debería ser el producto de un impulso o una emoción, sino un hábito permanente. Una disciplina espiritual enriquecedora y permanente.

Es otra de las experiencias que encontramos en la vida de Moisés, como relata la Biblia: “Cuando Moisés terminó de hablar con ellos, se cubrió el rostro con un velo. Pero cada vez que entraba en la carpa de reunión para hablar con el Señor, se quitaba el velo hasta que salía de ella. Después le transmitía al pueblo las instrucciones que el Señor le daba, y el pueblo de Israel veía el brillante resplandor de su rostro. Así que él volvía a cubrirse el rostro con el velo hasta que entraba nuevamente a hablar con el Señor.” (Éxodo 6:33-35. NTV)

Cuando tomamos la decisión de orar cada día, cuando no lo hagamos, nos hará falta hablar e intimar con el Señor. Una vida de oración está ligada a la intimidad con Dios. Es algo que jamás debemos olvidar.

5.- Persevere en oración

Quien asume en su corazón la decisión de desarrollar intimidad con Dios, debe perseverar en la oración. Es un principio que nos enseñó nuestro amado Salvador Jesucristo (Cf. Lucas 18:1).

El hecho de que no se produzca una respuesta inmediata a las oraciones no debe desalentarnos y menos, llevarnos a desistir en nuestro propósito de mantenernos en la Presencia del Padre.

Podemos asegurarle que tomar nota de estos cinco principios hará mucho más eficaz nuestra vida espiritual e imprimirá una nueva dinámica a las oraciones que elevamos por nosotros y la familia. La respuesta al clamor será oportuna y eficaz.

¡Decídase hoy a desarrollar intimidad con Dios cada día!

Cuestionario para la profundización de la Lección 6:

Por favor, lea detenidamente los textos y postulados de cada pregunta, y teniendo a mano su libreta de apuntes, anote las respuestas:

a.- ¿Podría usted decir que ha desarrollado o al menos está desarrollando intimidad con Dios?

b.- ¿Hasta qué punto es necesario disponer el corazón para que nuestras oraciones tengan oportuna respuesta?

c.- ¿Por qué es importante apartar tiempo para Dios?

d.- En cuanto a separar un espacio para hablar con Dios, ¿qué aprendemos de la experiencia de Moisés (Éxodo 6:28)?

e.- ¿De qué manera puede Dios transformar nuestra vida por medio de la oración (Éxodo 6:29, 30)?

f.- ¿Puede Dios hablarnos en oración? ¿Por qué y para qué (Éxodo 6:31, 32)?

g.- ¿Por qué razón debemos habituarnos a buscar a Dios (Éxodo 6:33-35)?

h.- Explique al menos una razón por la cual debemos perseverar en la oración

Publicado en: Escuela de Oración


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