Aproveche al máximo cada instante de la vida
1. Lectura Bíblica: Eclesiastés 12:1, 2
2. Versículo para memorizar:
“Pues, ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma?” (Marcos 8:36. La Biblia de Las Américas)
3. Reflexión en la Palabra de Dios:
Durante mi tiempo de estudiante de secundaria e, incluso, en la formación superior, conocí personas brillantes, con un futuro prometedor. Al menos dos de esos jóvenes, murieron. Uno de ellos por exceso en consumo de drogas y otro, por Sida. Sus locuras terminaron un día en muerte. De nada sirvió que fueran hijos de padres con una posición económica y social bastante sólida.
Al volver la mirada atrás, reflexiono en la enseñanza del Señor Jesús:
“Pues, ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma?” (Marcos 8:36. La Biblia de Las Américas)
A la hora de definir dónde pasaremos la eternidad, no sirven de nada ni el dinero, ni la fama ni las influencias que tengamos. Estaremos frente al trono de Dios, y es en ese momento, único e irrepetible, que daremos cuenta de lo que hayamos hecho. Si Cristo mora en nuestro corazón, tenemos asegurada la eternidad; si lo rechazamos, estaremos siempre en la oscuridad.
Cuando somos jóvenes y hay “mucha vida por delante”, tendemos a dejar a Dios de lado. Siempre creemos que habrá tiempo para todo, hasta para arrepentirse. ¡Tremendo error! Jamás sabremos cuándo llegará el tiempo final, así es que debemos estar preparados; la mejor forma de hacerlo es disfrutando cada instante de la vida, pero de la mano de Dios.
El libro de los triunfadores, la Biblia, enseña:
“Acuérdate, pues, de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y se acerquen los años en que digas: No tengo en ellos placer; antes que se oscurezcan el sol y la luz, la luna y las estrellas, y las nubes vuelvan tras la lluvia…” (Eclesiastés 12:1,2. La Biblia de Las Américas)
Hoy es el día de volver la mirada a Dios. Quizá tenga mucha vida por delante, pero puedo asegurarle que sólo la disfrutará plenamente, si camina bajo la sombra del Omnipotente.
Probablemente no ha recibido a Jesucristo como su Señor y Salvador. Hoy es el día para que lo haga. Prendidos de la mano del Señor Jesús emprendemos ese maravilloso camino hacia el crecimiento personal y espiritual que siempre hemos anhelado. Hágalo, no se arrepentirá.
4. Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:
a. ¿He pensado que la vida es efímera, y que pronto se va?
b. ¿Qué enseñanza le trae hoy Eclesiastés 12:1, 2?
c. ¿Cómo aplicar en su vida personal y familiar lo que enseña Marcos 8:36?
d. ¿He sometido mi vida a Dios para que me ayude a experimentar cambios?
Rendiré desde hoy mi vida a Aquél que puede transformarme de una manera especial.
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Publicado en: Devocionales Diarios
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