Ante las batallas espirituales, los cristianos somos más que victoriosos

(Introducción – Guerra Espiritual N3)

Las grandes batallas contra las tinieblas las libramos en oración

Lo que menos esperaron encontrar las autoridades en aquél ducto de aguas lluvias, era una capilla en la que jóvenes estudiantes dedicaban noches enteras a adorar a satanás.

Un recinto oscuro, apenas visible por la tenue luz de velas que tenían calaveras por candelabros, y que resaltaban paredes pobladas de símbolos esotéricos.

“Santo Dios” se atrevió a decir el oficial a cargo, sin dar crédito a los restos de alcohol, marihuana y objetos cortopunzantes que formaban parte de sus rituales, los que utilizaban con desenfreno en insólitas prácticas para alabar al príncipe de las tinieblas.

El oficial Eliécer Santos relataría después a la prensa, que no podía concebir que en pleno siglo veintiuno ocurrieran hechos de este género.

“Pensé que eran sólo novelas de terror o de misterio, pero no que se dieran en nuestro tiempo” , explicó.

El operativo realizado en La Paulina de Montes de Oca, Costa Rica, puso en evidencia una creciente adoración de lo oculto por parte de una juventud rebelde, que encuentra en el satanismo una forma de expresar su inconformidad con los principios y reglas impuestos por la sociedad.

Asedio creciente del ocultismo

Hoy día muchos niegan la existencia de un mundo oculto. Consideran que se trata de mera superstición en un siglo en el que los avances científicos sorprenden cada vez por su ingeniosidad. Y mientras cierran los ojos a la realidad, se abren a corrientes filosóficas y de pensamiento que encierran mucha maldad. Sutilmente la perversidad está tomando fuerza en nuestra sociedad.

Sin embargo los cristianos debemos permanecer alerta. Tenemos claro que “... no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12).

¿Cómo hacerle frente? Con oración y una estrecha relación con el Señor Jesucristo. La Biblia dice: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros” (Santiago 4:7). Recuerde: Con el poder de Dios ¡Tenemos asegurada la victoria!

No podemos impedir que haya un avance inusitado de los ataques del enemigo. Al fin y al cabo él tiene su propia agenda. Sin embargo, somos los cristianos, quienes tenemos la autoridad.

Cristo Jesús nos hace victoriosos y las batallas que libramos contra las tinieblas, nos llevan siempre de victoria en victoria.

Nota Importante: Al concluir el Curso de Guerra Espiritual Nivel 3, podrá descargar la totalidad del material en formato de libro electrónico (PDF)

Escrito por: Fernando Alexis Jiménez

Artículo Original: https://www.mensajerodelapalabra.com/site/?p=7738


Publicado en: Cursos | Guerra Espiritual

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