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¿Por qué debemos restaurar el Altar Familiar?


(Parte 2)

¿Por qué debemos restaurar el Altar Familiar? (Parte 2)

1.- Lectura Bíblica: Génesis 35:9-15

2.- Objetivos:

2.1.- Que los asistentes al Grupo Familiar comprendan que la obediencia a Dios y la sujeción a sus mandamientos, es un paso fundamental para que el Señor gobierne en nuestra familia.

2.2.- Que los asistentes al Grupo Familiar comprendan que concederle a Dios el primer lugar en nuestra vida y en la cada integrante de nuestra familia, traerá consigo abundantes bendiciones.

2.3.- Que los asistentes al Grupo Familiar comprendan que los cambios en la familia deben ser permanentes, no en nuestras fuerzas sino en el poder de Dios.

3.- Desarrollo del tema:

En la primera parte de la Célula aprendimos que Dios desea movernos de la comodidad con el propósito de llevarnos a experimentar cambios. De la mano con la transformación que imprime a nuestra vida y a la relación que tenemos con el cónyuge y los hijos, trae consigo bendiciones.

Otro aspecto que relevamos fue la importancia de ser obedientes al Señor. Si nos mantenemos fieles a Él y a sus mandamientos, el cambio familiar será no solamente profundo sino permanente. El curso de nuestra historia será modificado así como el de nuestro cónyuge y de nuestros hijos.

3.1.- Restaurar el Altar Familiar nos lleva a experimentar cambios

Resulta incontable el número de testimonios de matrimonios que nos escriben para testimoniar de qué manera Dios está obrando en sus familias. Todo comenzó con la decisión de abrirle la puerta al Señor y darle el lugar que le ocupa en el hogar, que es por supuesto el primero.

Si nuestro amado Padre mora con nosotros, las bendiciones son permanentes y, además, nos lleva a un nuevo nivel.

La Biblia relata que Dios llevó a Jacob a un nuevo encuentro con Él. Sería un momento único e irrepetible que marcaría un antes y un después, en su existencia y en la de su familia.

El autor del Génesis relata: “Ahora que Jacob había regresado de Padán-aram, Dios se le apareció de nuevo en Betel. Y Dios lo bendijo diciéndole: «Tu nombre es Jacob, pero ya no te llamarás Jacob. A partir de ahora tu nombre será Israel». Así que Dios le cambió el nombre y lo llamó Israel.” (Génesis 35: 9, 10. NTV)

Si disponemos nuestro corazón, Dios mantendrá con nosotros un contacto permanente. Una vía expedita para comunicarnos con el Padre celestial es la oración. No debemos dejar de lado la intimidad con el Señor mediante la oración diaria.

Dios cambió el nombre de Jacob, y acompañó este anuncio al concederle una nueva misión en su vida personal y familiar.

3.2.- Restaurar el Altar Familiar trae como consecuencia abundantes bendiciones

¿Qué son bendiciones? No es otra cosa que la mano de Dios sobre todo lo que hacemos. Nos va bien en la relación de pareja, con los hijos, en el empleo; el dinero nos alcanza, en casa sobra y abunda para cubrir nuestras necesidades, si emprendemos un proyecto prospera, y a pesar de que todos alrededor enfrenten crisis, a nosotros el Padre celestial nos concede siempre la victoria.

Cuando Jacob tuvo un encuentro con Dios, el Señor le animó a disponer su vida con el fin de recibir las bendiciones de ser fructífero y multiplicarse. Si Dios está con nosotros, las bendiciones vienen de la mano con Él, y alcanzan nuestro hogar.

En las Escrituras leemos que: “Entonces Dios dijo: «Yo soy El-Shaddai, “Dios Todopoderoso”. Sé fructífero y multiplícate. Llegarás a formar una gran nación; incluso, de ti saldrán muchas naciones. ¡Habrá reyes entre tus descendientes! Y te entregaré la tierra que les di a Abraham y a Isaac. Así es, te la daré a ti y a tus descendientes». Luego Dios ascendió desde el lugar donde le había hablado a Jacob.” (Génesis 35:11-13. NTV)

La mejor decisión que podemos tomar de cara a ser bendecidos y prosperados a nivel familiar, es abrirle las puertas del hogar a Dios. Disponer nuestros corazones. Someternos a Él. Rendirnos a Su voluntad.

Un paso fundamental en esa dirección es la restauración del Altar Familiar. Tomar tiempo diariamente para meditar en las Escrituras y orar juntos, en un espacio en el que convergen el cónyuge y los hijos.

3.3.- Restaurar el Altar Familiar genera una relación permanente con Dios

La relación permanente con Dios, a través de la oración, llega a tornarse algo fundamental en nuestra vida familiar. Es la consecuencia de la realización diaria del Altar Familiar.

Jacob entendió la importancia de desarrollar intimidad con el Señor. En la Biblia leemos que: “Jacob levantó una columna conmemorativa para marcar el lugar donde Dios le había hablado. Luego derramó vino sobre la columna como sacrificio a Dios y la ungió con aceite de oliva. Jacob llamó a aquel lugar Betel (que significa «casa de Dios»), porque allí Dios le había hablado.” (Génesis 35:14, 15. NTV)

Jacob fue bendecido a partir de ese encuentro con Dios. No fue Jacob quien lo propició, sino el Padre celestial. Israel— antes Jacob— lo que aportó, fue la disposición del corazón. Allí comienza todo. Rendirnos al Señor y permitirle que Él haga conforme a Su voluntad en nuestra vida y en la de nuestra familia.

Decídase hoy a emprender una relación con Dios y, al mismo tiempo, una maravillosa experiencia. ¿De qué manera? Mediante la restauración del Altar Familiar. Pronto los cambios saltarán a la vista. Y no se arrepentirá de tomar ésa, que es sin duda la mejor decisión de su vida a nivel personal y familiar.

Si no ha recibido a Jesús como Señor y Salvador, es hora de que lo haga. Prendidos de la mano del Señor Jesús emprendemos el proceso de crecimiento en todas las áreas de nuestra vida. ¡Reciba hoy a Jesucristo en su corazón! Es la mejor decisión que jamás podremos tomar…

4.- Preguntas para la discusión en grupo:

a.- ¿Por qué es importante que reconozcamos a Dios en nuestra vida familiar?

b.- ¿Qué desencadena el hecho de que Dios ocupe el primer lugar en nuestra vida familiar?

c.- ¿Qué hizo Dios en la vida de Jacob y la de su familia (Génesis 35: 9, 10)?

d.- ¿Cómo podría definir usted las bendiciones de Dios?

e.- ¿Cree que ha sido bendecido por Dios? ¿De qué manera?

f.- ¿A quiénes dijo Dios que bendeciría, además de Jacob, tal como leemos en las Escrituras (Génesis 35:11-13)?

c.- ¿Cómo cree usted que cambiará la relación familiar si comenzamos a orar diariamente?

5.- Oración al terminar el Grupo Familiar:

“Mi amado Señor Jesús, hijo del Dios Altísimo: Te damos gracias por estar siempre con nosotros en familia. Por tu obra maravillosa de redención en la cruz, somos ahora una familia llamada a vivir en amor y en unidad. Bendícenos de manera permanente, porque sabemos que ahora por tu obra, hemos sido llamados a bendiciones en todos los órdenes. Quédanos con nosotros siempre. Amén.”

Publicado en: Grupos Familiares


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