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¿Cómo debe ser la presentación de un cristiano?

¿Cómo debe ser la presentación de un cristiano?

Tengo presiones de la congregación a la que asisto porque insisten en que no puedo recortarme el cabello, que debo restringir el uso de maquillaje y sólo debo vestir falda largas. Un jean, ni pensarlo. Creo que a veces exageran pero la concepción es que quien sabe hacer lo bueno y no lo hace está pecando. Me inquieta esto porque en la empresa en la que presto los servicios se quejaron de que observo desaliño en la presentación personal, mucho más cuando debo atender público.

M.L.O.M. desde Tegucigalpa, en Honduras.

Respuesta:

Nuevamente abordamos este asunto acerca de múltiples prohibiciones impuestas a las mujeres, y en muy pocos casos a los hombres, que se congregan en algunas denominaciones. Sin embargo creo que vale la pena recabar en el tema.

Coincidamos en un aspecto esencial: los cristianos nos regimos por los principios aprendidos en la Biblia. Las pautas las asimilamos para que se reflejen en una vida cristiana práctica. Es un paso para impactar al mundo con el evangelio transformador de Jesucristo.

¿Qué logramos con alguien sujeto a normas establecidas por la congregación que no vive a Cristo? Absolutamente nada. Mas que lo externo, es necesario que haya en cada cristiano, una actitud vivencial.

Sobre esta base, ¿por qué razón algunas iglesias asumen estos encasillamientos? Porque fundamentan el perdón de los pecados y la salvación de Cristo a partir de sus méritos y no por fe.

En casos así bien valdría la pena recordar las palabras del Señor Jesús al dirigirse a un grupo de líderes religiosos de su época: “Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mi. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres” (Mateo 15:7-9; Isaías 29:13).

Esta respuesta del Maestro tiene aplicación entre quienes, ejerciendo el liderazgo en las iglesias, promueven e institucionalizan dogmas humanos, atribuyéndolos a prescripciones de Dios.

¿Cómo debe ser la presentación personal?

La respuesta es sencilla: con decoro. ¿La razón? usted y yo presentamos a Dios nuestro cuerpo como santuario vivo tal como lo escribió el apóstol Pablo ”Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional”, y también: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros” (1 Corintios 3:16).

¿Qué consideramos una presentación decorosa? Un arreglo corporal que no caiga en el extremo de lo ridículo, lo extravagante o excesivamente llamativo. Un maquillaje apropiado, sin exagerar. Vestidos cuyo diseño no incluya escotes pronunciados y faltas medianas— no necesariamente hasta los tobillos—.

Esta descripción no riñe con el planteamiento que hace el apóstol Pedro en su carta universal: “Vuestro atavío no sea el externo de peinado ostentoso, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios” (1 Pedro 3:3, 4).

Esta instrucción la apreciamos también en Pablo cuando en su primer mensaje a Timoteo le dice: “Asimismo las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad” ( 1 Timoteo 3:9, 10).

Aquí es importante recordar un principio que trazó Dios para el pueblo de Israel pero que tiene aplicación en nuestro tiempo:”La mujer no se pondrá ropa de hombre, ni el hombre se pondrá ropa de mujer, porque el Señor tu Dios detesta a cualquiera que hace tal cosa” (Deuteronomio 22:5. Nueva Versión Internacional).

¿Y en cuanto al cabello?

Una respuesta acertada la encontramos en la carta de Pablo a los creyentes de Corinto: “¿No les enseña el mismo orden natural de las cosas que es una vergüenza para el hombre dejarse crecer el cabello, mientras que es gloria para la mujer llevar el cabello largo? Es que a ella se le ha dado su cabellera como velo” (1 Corintios 11:14, 15. Nueva Versión Internacional).

Cuando se deja sentado que la mujer deje crecer su cabello no está exponiendo que “jamás se lo arregle”, como aseguran algunos hermanos en la fe. Eso es llegar a los extremos. De lo contrario ni Pedro ni Timoteo habrían hablado en sus cartas que no llevaran peinados ostentosos.

El hombre por su parte debe tener un corte adecuado y no dejar que crezca el cabello de tal manera que cuando camine junto con su esposa, no se sepa quién es quien.

Publicado en: Consejería Familiar


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