Principios para experimentar bendiciones a nivel personal y familiar  

Base Bíblica: Proverbios 15:4; Génesis 22:15-18, Proverbios 10:22.

Introducción:

Dios nos concibió para ser bendecidos. Desde el mismo momento en que creó todo el universo, generó las condiciones para que nosotros— sus criaturas— nos moviéramos en un nivel de bendición. ¿Qué impide que no experimentemos las bendiciones? Hay muchos factores. El pecado es uno de ellos. Otros giran alrededor de las maldiciones. Algunas las recibimos por trasgredir los mandamientos del Señor y, otras, por quienes nos imponen maldiciones por su maldad.

El paso para ser libres estriba en permitir a Jesucristo que reine en nuestra vida. Él rompe las cadenas. Y si reina en nuestra existencia y nuestra familia, experimentaremos la lluvia de bendiciones que nos tiene preparada nuestro Padre.

Bendecir – Griego eulogeo à  elogio à eu: Bueno Logos: Palabra à Buena-Palabra

1.- DOS MANERAS DE EXPERIMENTAR BENDICIONES A NIVEL PERSONAL Y FAMILIAR

• Cuando las bendiciones provienen de Dios
• Cuando declaro y recibo bendiciones

2.- COMENZAMOS A MOVERNOS EN LA DIMENSIÓN DE LAS BENDICIONES CUANDO DECLARAMOS BENDICIONES SOBRE NUESTRA VIDA, LA FAMILIA Y OTRAS PERSONAS (Lucas 6: 27, 28)

• Bendecir debe convertirse en un principio de vida.
• Debemos ser sensibles a la voz de Dios cuando nos llama a bendecir (Cf. Lucas 24:50)
• En lo posible, nuestras bendiciones deben ir acompañadas de un abrazo e imposición de manos (Marcos 10:16; Cf. 2 Timoteo 1: 5, 6)
• Las bendiciones que recibimos de Dios se tornan generacionales (Génesis 48: 15, 16)

3.- DEBEMOS EXPRESAR LAS BENDICIONES CON PALABRAS  (Proverbios 15:4 Cf. Génesis 9:7, 28:3; Deuteronomio 7:13; Salmos 115: 12-14)

• Nuestras palabras bendicen o maldicen.
• En el plan de Dios para nuestra vida, está el que proclamemos bendiciones.

4.- DEBEMOS TENER FE CUANDO DECLARAMOS BENDICIONES (Gálatas 3:6-9).

• Fe en aquello que proclamamos.
• Fe en que Dios desea bendecirnos.

5.- A TRAVÉS DE LAS BENDICIONES, DIOS CAMBIA EL CURSO DE NUESTRA HISTORIA PERSONAL Y FAMILIAR

• Hemos sido llamados para bendecir y ser bendecidos (1 Pedro 3:8-11)
• Somos herederos de las bendiciones de Abraham (Génesis 12:1-3)

Conclusión:

Las bendiciones nos alcanzan a todos. Es el plan de Dios para cada usted y para mí. Las recibimos cuando nuestra vida está en consonancia con Su voluntad. Él transforma el curso de nuestra historia. De las maldiciones pasamos a experimentar una existencia plena de bendiciones. Permita que Jesucristo more en su vida y gobierne no solo su existencia sino la de cada miembro de su familia.