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Política y ocultismo, la unión que ata pueblos enteros a las tinieblas


(Parte 1)

Política y ocultismo, la unión que ata pueblos enteros a las tinieblas (Parte 1)

El hombre se quita cuidadosamente el traje sastre, desanuda la corbata, la dobla cuidadosamente y coloca sobre una mesa de madera rústica. En la distancia se escucha el canto de los pájaros y un fuerte olor a incienso invade la estancia. Un murmullo de voces acompasa el ambiente mientras que un flash, de una cámara fotográfica, ilumina el espacio en una fracción de segundos que parecen una eternidad.

Un día cualquiera, en un lugar distante, muy alto en las montañas por donde sale el sol en las mañanas todavía adormilado, anunciando el nuevo día.

No es que nuestro personaje— muy importante como lo denota su vestido de marca, traído de Francia— se vaya a preparar para un descanso ni que se apreste a presidir una reunión con su equipo de asesores de alta gerencia. No. Es un ritual indígena al que se somete el protagonista (póngale el nombre que quiera y ubíquelo geográficamente donde le parezca más conveniente).

El chamán, con aire de solemnidad, se acerca para ofrecerle una pócima. El mandatario la bebe lentamente, percibiendo el amargo de las yerbas y, muy lejano en su percepción gustativa, el dulce de alguna planta amalgamada para hacer más fácil el consumo.

Ahora repita conmigo…— le dice el sacerdote que preside aquella celebración con tintes indígenas y ocultistas.

Ambos, Presidente y oficiante, elevan su voz con frases que para algunos de los asistentes resultan incomprensibles, pero que revisten un profundo significado para los participantes asiduos.

En aquél momento, que resulta excéntrico para los políticos, curioso para los periodistas, muy noble para lectores y televidentes, pero trascendente para los chamanes y sacerdotes aborígenes, el mandatario somete su gobierno a la guía espiritual de dioses ancestrales… Y de paso, como cabeza de gobierno, entrega su territorio al dominio del mundo de las tinieblas…

¿Le resulta sorprendente? Pues todavía no ha leído lo suficiente para darse cuenta que este fenómeno está cobrando fuerza en América, como desde la antigüedad fue una práctica común entre reyes, monarcas y presidentes de países Europeos, orientales y asiáticos.

Presidentes latinoamericanos ligados a ceremonias rituales

Uno de los casos más recientes de mandatarios involucrados en ritos ceremoniales, es el de Juan Manuel Santos, Presidente de Colombia.

El 7 de agosto de 2010, horas antes de posesionarse como debía— de acuerdo con la Constitución Política de Colombia— ante el Congreso de la República, recibió un bastón de mando de manos de las autoridades espirituales de los pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, en el norte del país.

La ceremonia se cumplió en Seyzhua, sitio sagrado de algunas comunidades indígenas. El ritual fue privado y estuvo a cargo de “mamos” (sacerdotes) de las etnias arhuaca, kogui y wiwa, que comparten junto a la kankuama la cadena montañosa con picos nevados de casi 6.000 metros sobre el nivel del mar, lo que la hace única en el mundo.

El mandatario recibió también dos “aseguranzas", hilos de algodón que le fueron amarrados en las muñecas. Cumplía así una promesa que les hizo a los cabildos en caso de ganar la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, en las que resultó electo con una de las votaciones más altas en la historia colombiana.

El Presidente de Bolivia, Evo Morales, vistió traje típico –con gorro de cuatro puntas (chucú), poncho y un bastón de mando — durante la ceremonia ancestral que se realizó en Tiwanaku, el 21 de enero de 2010. Las prendas permanecieron durante dos noches en el templete de Kalasasaya, procurando que recibiera las fuerzas espirituales andinas. Los colores utilizados estaban orientados a deidades indígenas. El ritual estuvo a cargo del Consejo de Amautas.

Durante una reafirmación de su gobierno al frente del Ecuador ante deidades indígenas, el Presidente Rafael Correa participó en una ceremonia –el 9 de agosto de 2010— en la taitas y mamas le pidieron a la pachamama que encendiera en ”nuestros pueblos las llamas del amor y hagan lo mejor por nuestros pueblos”. Le acompañaron Evo Morales y la premio Nobel de la paz, Rigoberta Menchú, quienes recibieron también las bendiciones del ritual de limpieza realizado por los líderes indígenas.

Durante el ritual, Correa recibió un poncho de color rojo que representa la tierra ecuatoriana, un bastón de mando y un medallón con el escudo de la cruz de los pueblos indígenas, para que lo proteja en el camino.

El día que un gobernante la abrió las puertas a Satanás

Un caso patético de la crisis que produce el atar un país al mundo de las tinieblas, lo ofrece el ex sacerdote católico de la comunidad saleasiana, Jean Bertrand Aristide, quien ascendió al poder el l 7 de febrero de 2001 — rompiendo una larga cadena de gobiernos dictatoriales — y fue derrocado el 29 de Febrero de 2004.

Si tenía tanta aprobación entre las clases populares, ¿qué llevó a su caída? El polémico mandatario emitió en el 2003 una resolución mediante la cual dio vía libre para que el vudú fuera inscrito en el Ministerio de Cultos, como práctica cultural aceptada. ¡Imagínese, le dio visto bueno y aprobación gubernamental a la adoración a Satanás!

Como se recordará el Vudú se compone de ritos en que se invocan espíritus e involucran sacrificios de animales, entonación de coros y adoración a santos católicos que los adeptos nombran con deidades africanas.

Más del 50% de los ahitianos— es decir alrededor de 4 millones de personas— practican el Vudú. A cambio de un sacrificio y un pago económico, se pueden obtener “milagros” de los demonios. En particular acuden a un panteón de 401 espíritus que denominan de “Lwa”.

De acuerdo con la tradición, el alma o espíritu de una persona reside en un mundo subterráneo acuoso con el “Príncipe de la muerte” antes de reencarnar, mientras que los zombies quedan atrapados en un lugar indeterminado y no pueden corporizarse en otra vida. El santuario principal, en Haití, queda en el pueblo rural de Daborne

Haití es el país más pobre del Caribe y arrastra una profunda crisis en todos los órdenes: político, económicos, históricos, sociales, intelectuales y hasta científicos. Este país que se encuentra en la isla La Española, comparte territorio con República Dominicana. Lo sorprendente es que los dominicanos no han sufrido históricamente las mismas consecuencias que los haitianos a pesar de estar en la misma zona y verse, por supuesto, afectados por la falla geológica de Enriquillo, que es sismológicamente activa.

Su ruina y tragedia, sin duda están ligadas a las prácticas ocultistas que los caracterizan. Es así como literalmente Puerto Príncipe se vio sacudido en sus cimientos el 18 de octubre de 1751 y el 3 de junio de 1770. Posteriormente, en 1887, 1904 y 1946 la nación se ha visto estremecida por terremotos por encima de los 5 grados en la escala de Richter. ¿La causa? Su devoción al ocultismo, con la anuencia de quienes por siglos han ejercido el poder.

Países enteros sometidos a las tinieblas

La decisión que tome un Presidente, Gobernador o Alcalde, alrededor de su vida espiritual, es decisiva no solo para ellos y sus administraciones, sino para sus propios gobernadores.

Pongo otro ejemplo específico: Por años, los gobernantes de Argentina han evidenciado una estrecha relación con el ocultismo. Como consecuencia, han traído ruina económica, violencia y crisis de diverso orden. Algunos consultaron a pitonisas y se dejaban guiar por sus designios. Otros realizaban extraños rituales e invocaciones espiritistas para obtener más poder. Los hay que se creen elegidos o que asisten a sanadores buscando curaciones milagrosas.

Después de la crisis financiera que asoló a Argentina a finales de 2001, y tras una maratónica sucesión de presidentes en tan solo unos días, Eduardo Duhalde, ex gobernador de la provincia de Buenos Aires, asumió el poder en un país sumido en la anarquía y la crisis económica. Tenía inclinaciones al esoterismo hasta el punto de considerarse “con buena estrella”, autodefinición que no ocultaba y llevó a muchas personas a procurar tocarle para recibir esa buena suerte.

Al Presidente, Fernando de la Rúa, también se le atribuían continuas visitas a una pitonisa de nombre Mabel Iam. No se sabe si esta adivina le habría pronosticado algo, pero lo cierto es que de la Rúa tuvo que dimitir y salir de la Casa Rosada en helicóptero, ante la ingente cantidad de ciudadanos que se acercaron a la Plaza de Mayo para hacerle una predicción a muy corto plazo.

Al mandatario, Carlos Menen, estuvo muy relacionado con la parapsicología, la adivinación, los curanderos y el misticismo, tanto así que fue presidente de honor del Congreso Parapsicológico celebrado en La Rioja, mientras ejercía como gobernador de esta provincia. Entre sus videntes personales se barajan nombres como el de Blanca Curi o Azucena Agüero.

En el libro “La Argentina Embrujada” de la escritora y periodista, Viviana Garbato, se atribuye una supuesta consulta a una vidente que Raúl Alfonsín -que precedió a Menem en el cargo de máximo mandatario argentino, aunque con colores políticos distintos- habría realizado antes de llegar al sillón presidencial.

¿Le sorprende? Pues hay algo más: Argentina estuvo también gobernada por Juan Domingo Perón, quien tuvo entre sus más cercanos colaboradores al reconocido practicante del ocultismo, José López Rega, auténtico poder en la sombra durante el Gobierno de Isabel Perón. Este hombre conocido como “El brujo” o “Rasputín” era un ex policía que se involucró con el ocultismo y tuvo acceso al poder, hablando al oído de Perón, desde 1966.

Ataduras demoníacas sobre territorios

En Playa Ramírez, Montevideo (Uruguay) con la aprobación de los propios gobernantes, se erigió un monumento a Orixá del Mar, demonio que se encuentra en la Plazoleta de Yemanjá. Domina sobre ese territorio, que está sin duda, ejerciendo dominio espiritual. Como se recordará, la adoración a Yemanjá comenzó en Brasil, en 1924 cuando un grupo de pescadores ofreció presentes a la “madre creación”, procurando prosperidad. Este culto se extendió por toda América. Actualmente hay un movimiento fuerte ocultista con fuerte influencia en los círculos de gobierno uruguayos.

En Quiñacollo, Bolivia, millares de personas se reúnen anualmente para las celebraciones en honor a un demonio que han asociado con la virgen de Urkupiña, conocida también como la “Mamita”. La mayor concentración se realiza el 15 de agosto cuando el catolicismo celebra anualmente la “Asunción de María”, creencia equivocada de la Iglesia Católica que elevó a categoría de Dogma el papa Pío XII el 1 de noviembre de 1950.

¿Sabe quién fortaleció el culto a esta imagen? El entonces Presidente, Hugo Banzer Suárez, quien ejerció el primer cargo boliviano en dos períodos (1971-1977 como producto de un golpe de Estado y desde 1997 hasta el 2001, elegido constitucionalmente).

En el colmo de su temeridad, declaró a la virgen de Urkupiña como Primera Dama de la Nación. Si usted ahonda un poco en la adoración que se le profesa, encontrará que no solo está revestida de carácter religioso, sino que mezcla excesos en embriaguez y ritos paganos.

No es algo nuevo, porque el 22 de junio de 1902 y en medio de una guerra que vivía Colombia, el país fue consagrado al “Sagrado corazón de Jesús”, deidad que se ampara en la tradición católica. La ceremonia estuvo a cargo del Presidente encargado, José Manuel Marroquín.

¿Comprende la gravedad de entregar territorios enteros al ocultismo? Las decisiones que tome un mandatario, terminan repercutiendo sobre naciones, provincias, ciudades y barrios.

Las propias autoridades ceden terreno al enemigo

Hace pocos días me sorprendió— al igual que a usted— el que policías de Tijuana, en México, recurrieran a rituales extraños con sacrificios de animales y tatuajes buscando protección sobrenatural ante las arremetidas de los carteles del narcotráfico a los que tienen que perseguir.

Las consagraciones en busca de poder se realizan en reuniones secretas que mezclan elementos del vudú de Haití, la santería cubana y la brujería local, en las que sacerdotes sacrifican pollos en noches de luna llena y luego rocían a los agentes de la ley con la sangre, invocando a los espíritus para que los protejan de la violencia. Algunos tatúan sus cuerpos con símbolos de vudú creyendo que así repelen las balas.

La violencia desatada por los carteles de la drogan han provocado la muerte de por lo menos 19 mil personas. Específicamente en Tijuana han muerto 150 policías desde el 2007. Los propios narcotraficantes guardan en sus casas altares con estatuas y cráneos llenos de dinero.

Un caso peculiar que nos lleva a reflexionar hasta qué punto se ha llegado por parte de quienes ejercen autoridad, que se acude al ocultismo como apoyo en el ejercicio de su trabajo. Es más, podrá recordar los escándalos en Miami tras denuncias sobre la práctica de policías que acuden a parasicólogos como mecanismo para descubrir autores de crímenes.

Publicado en: Guerra Espiritual


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