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Piense y actúe con mentalidad de ganador

Piense y actúe con mentalidad de ganador

Cuando a Reinaldo Ojeda los médicos debieron amputarle la pierna izquierda a los seis meses de edad, familiares y amigos meneaban la cabeza con pesar y, muchos en voz baja, se atrevían a decir: “Lástima que un bebé tan lindo perdiera su extremidad”. Pero apenas él creció y tomó conciencia de su discapacidad, pudo decir que nunca extrañó su pierna, ni siquiera para jugar al fútbol.

No le preocupó jamás el qué dirán sino salir adelante. Hoy es una estrella en varios países gracias a su habilidad en el baile, modalidad en la que ha ganado varios concursos.

Desde niño aprendió a manejar la muleta como si fuera una extensión de su cuerpo. A los 4 años aprendió a andar en bicicleta, a meter goles y a jugar a las escondidas. A los 7 era el parejo preferido de su mamá y a los 11 presentó su primer show bailando en un establecimiento muy concurrido. Desde entonces se dedicó a bailar.

Alguien subió a Youtube uno de los videos en los que aparece haciendo figuras sobre una pista, y de la noche a la mañana saltó a la fama. A sus 37 años ha viajado por Estados Unidos, Japón, Chile, Holanda, Italia, Nicaragua y Singapur.

Trabajó en un taller de mecánica, un banco y una notaría, pero su carrera despegó en 2007 cuando un canal brasileño lo descubrió en YouTube y lo llevó a Río de Janeiro.

Reinaldo Ojeda es un triunfador. Nadie puede impedir que el futuro prometedor que se abre ante sus ojos, es el fruto de creer en las capacidades que Dios le dio, de la perseverancia y el convencimiento de que los obstáculos están en la mente y no en el cuerpo; que todos nacimos para vencer…

Probablemente usted lo ha visto en videos. ¿Considera que solamente él puede llegar lejos? ¿No ha considerado la posibilidad de usted mismo dar rienda suelta a los sueños y no conformarse a su actual situación? Recuerde que Dios nos concibió para ser ganadores, no importa las circunstancias que debamos enfrentar.

Los principios y valores, el fundamento

Los ganadores definen en su vida principios y valores que los motivan a seguir escalando peldaños hacia la superación y la realización personal. Trazan una meta y orientan sus esfuerzos a alcanzar la línea final. Sólo entonces dicen: He vencido. Saben que al paso encontrarán obstáculos, pero no los detienen sino que ponen su mirada en los resultados.

Aplica en todas las áreas de nuestro desenvolvimiento, y por supuesto, en la vida cristiana, como anota el apóstol Pablo al dirigirse a los creyentes de Filipos: “Queridos amigos, siempre siguieron mis instrucciones cuando estaba con ustedes; y ahora que estoy lejos, es aún más importante que lo hagan. Esfuércense por demostrar los resultados de su salvación obedeciendo a Dios con profunda reverencia y temor. ” (Filipenses 2:12. Nueva Traducción Viviente)

Asumimos unas bases para alcanzar metas, y debemos movernos alrededor de ellas. Sólo de esta manera aseguramos la materialización de nuestros sueños.

Como hombres y mujeres de fe, aprendemos las pautas trazadas por la Biblia, las interiorizamos y es necesario caminar bajo tales parámetros. Deben constituir nuestra línea de pensamiento y comportamiento.

Dios, nuestra fortaleza

Dios concibió con mentalidad de vencedores. No obstante, somos ustedes y yo quienes decidimos si seguimos estancados o por el contrario, avanzamos hacia el triunfo por encima de la adversidad. Ganamos, vencemos, llegamos muy lejos.

Enseña el apóstol Pablo que el Señor es quien coloca el querer como el hacer: “Pues Dios trabaja en ustedes y les da el deseo y el poder para que hagan lo que a él le agrada.” (Filipenses 2:13. Nueva Traducción Viviente)

Nuestro amoroso Padre sabe qué anhelamos, qué sueños acariciamos así como la disposición que nos asiste de cambiar y crecer en todas las áreas de nuestra existencia; Él quiere ayudarnos y nos fortalece en cada paso que damos, si nuestra dependencia está afincada en Su poder.

Brillar en medio de las tinieblas

Pensar y actuar distinto que los demás, no solamente es bastante complejo sino que –en la mayoría de los casos— despierta envidias, críticas, burlas y oposición. Sin embargo, debemos avanzar. Si tiene sueños, con ayuda de Dios luche por materializarlos.

Si emprendió el camino de crecimiento personal y espiritual, no se detenga, avance. Puedo asegurarle que llegará muy lejos.

El apóstol Pablo instruye que: “Hagan todo sin quejarse y sin discutir, para que nadie pueda criticarlos. Lleven una vida limpia e inocente como corresponde a hijos de Dios y brillen como luces radiantes en un mundo lleno de gente perversa y corrupta. ” (Filipenses 2:14, 15. Nueva Traducción Viviente)

Marcamos la diferencia con una forma de pensar y actuar renovada. Eso por supuesto implica renunciar a viejos parámetros, a paradigmas sobre los cuales nos educaron y terminan siendo perjudiciales cuando nos llevan a pensar que los demás pueden llegar lejos y nosotros no; que los demás pueden cambiar su forma de obrar, y nosotros no. Hoy es el día oportuno para imprimirle un cambio a su existencia.

Sueñe, pero sueñe en grande porque nuestro Dios es un Dios de grandes sueños. Camine, de pasos firmes hacia sus metas. En el Señor todo, absolutamente todo podemos lograrlo (Cf. Filipenses 4:13)

Hoy es el comienzo de una nueva vida, y puedo asegurarle que no se arrepentirá. El primero paso es abrirle las puertas de su corazón a Jesucristo, y dejarle que transforme todo su ser. El segundo, desempolvar los viejos sueños, someterlos a Dios y dejar que Él le oriente en la ruta a seguir (Cf. Salmos 37:5), y por último, creer que no hay obstáculo que pueda detenerlo en cualquier aspiración, si está avanzando de la mano de Dios, Aquél que todo lo puede.

Publicado en: Estudios Bíblicos


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