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No pierda las bendiciones de Dios

No pierda las bendiciones de Dios

¿Sabía usted que hay al menos 2 factores que impiden las bendiciones de Dios en nuestras vidas y en la de nuestra familia?

El primero de ellos es la falta de fe, y el segundo, el hecho de que no somos fieles a Dos.

Perdemos la oportunidad de ver materializadas las promesas justo cuando estamos a las puertas de alcanzarlas.

Ilustro este principio con la historia de varios deportistas, famosos todos ellos, que perdieron la gloria y la victoria porque cedieron a la tentación. En su caso fue el doping.

Estas pequeñas dosis de químicos les impidieron pasar a la historia con una aureola de gloria.

Le recuerdo algunos casos específicos:

El ciclista, Chris Froome dio positivo para una prueba de dopaje en una vuelta a España.

El pedalista, Lance Armstrong, ganador del circuito de Francia en varias ocasiones, lo hizo bajo la influencia de sustancias prohibidas en el deporte.

El beisbolista dominicano, Alex Rodríguez,  fue descubierto con abuso de esteroides en su organismo.

El atleta Ben Johnson, ganador de los Juegos Olímpicos de Seúl, en 1998, se dopaba de acuerdo con los médicos que le practicaron exámenes de laboratorio.

Y, por último, la campeona olímpica, Mariane Jones, fue hallada con doping en el 2007.

Tenían un común denominador: estaban por cruzar la frontera de la gloria pero algo pasó. Cedieron a la tentación.

La Biblia nos habla de Moisés. Él tampoco pudo atravesar la frontera hacia la tierra prometida.

Uno de sus factores de error fue el no escuchar a Dios. Cuando el pueblo de Israel se rebeló en el desierto por falta de agua, el Padre le dijo:

“Toma la vara, y reúne la congregación, tú y Aarón tu hermano, y hablad a la peña a vista de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás aguas de la peña, y darás de beber a la congregación y a sus bestias.” (Números 20:8)

No obstante que el Señor fue específico en sus instrucciones, el profeta actuó distinto:

“Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias.” (Números 20:11)

Por favor, observe que Dios le dijo que hablara a la roca pero, por desobediencia y falta de fe, Moisés la golpeó.

No renuncie a las bendiciones como lo hizo este hombre de Dios, que estaba en el umbral de llegar a la tierra que manaba leche y miel.

La clave para recibir ese favor inmerecido del Padre, tanto en nuestra vida como en la familia, es guardando fidelidad a Él y no dudar en que cumplirá sus promesas.

Publicado en: Reflexiones


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