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La santidad en la vida del cristiano


(Lección 1 – Nivel 2)

La santidad en la vida del cristiano (Lección 1 – Nivel 2)

I.- Versículo para memorizar:

"Como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: sed santos porque yo soy santo”. (I Pedro 1:15-16).

II.- ¿Qué dice la Biblia acerca de la Santidad?

Cuando damos una mirada a la vida cristiana, descubrimos que tú y yo estamos llamados a vivirla a plenitud pero también, a conciencia.

No es asunto simplemente de pasar al frente cuando escuchamos al predicador y decir que “recibimos a Jesús” como nuestro Señor y Salvador. Ser cristiano es mucho más. Implica compromiso. Y el compromiso lo testimoniamos con santidad de vida.

El texto con el que iniciamos la Primera Lección, en la primera cara de Pedro, capítulo 1 versículos 15 y 16, nos enseña varios aspectos que debemos tener presentes siempre:

1.- Un llamamiento específico.- Tú y yo no somos el producto de un accidente histórico y no profesamos la fe cristiana porque sea parte de la moda. En absoluto. Somos cristianos porque con esa designación se identifica a quienes somos seguidores del Señor Jesucristo. Militamos en su ejército. Hemos adoptado la decisión firme de caminar tomados de su mano.

Dios nos llamó. Nos sacó de una vida sin sentido y sin propósito. Él quiere que nuestra existencia tenga un norte. No que andemos, como un barco a la deriva, de aquí para allá, sin un puerto seguro en el cual atracar.

¿Has meditado en ese llamamiento? Ir a la iglesia o quizá escuchar al predicador en la radio o la televisión o aquella persona que te habló de Cristo, no llegaron a tu camino así como así; sin duda, el que te testificaran del Hijo de Dios obedece a un Plan concebido con antelación por Dios el Padre para que seas salvo.

2.- Dios es santo.- Quien nos llamó es Dios. Lo hizo para que viviéramos una existencia plena, absolutamente renovada, dinámica, con un crecimiento permanente en todas las áreas. A nivel personal y espiritual. Y Dios es santo. Es algo que no podemos olvidar jamás. No comparte el pecado. No es lo que espera de nosotros. Espera, como lo describe el apóstol Pedro, que haya en ti y en mi, santidad en nuestros pensamientos y acciones.

3.- La santidad, un compromiso.- Si fuimos llamados por Dios, y Él es santo, sin duda lo que espera de nosotros es que seamos un pueblo escogido, santo, que camina siempre delante de su presencia sin mancha.

El imperativo de nuestro amado Padre para nosotros es que “sean santos, como yo soy santo”. No es algo opcional. Es lo que Él espera de ti y de mí. Santidad por encima de las circunstancias. Santidad en todo momento. Santidad como característica esencial de nuestro testimonio cristiano.

La santidad es necesaria

Cuando hacemos un estudio cuidadoso acerca de los planteamientos que hallamos en la Biblia respecto de la santidad, hallamos que es una necesidad para el cristiano. Se debe reflejar en nuestro desenvolvimiento cotidiano, tal como lo plantea el autor sagrado: “Procuren estar en paz con todos y llevar una vida santa; pues sin la santidad, nadie podrá ver al Señor” (Hebreos 12:14. Versión Popular).

Pero hay algo más que deja expuesto, y es que sin la santidad, nadie verá a Dios. O sea que no es posible andar con un pie en la mundanalidad y otra en las cosas sagradas, y pretender que en nuestro desempeño estamos agradando a Dios.

Quien obra así, está gobernado por la carne y por mucho que se esfuerce, no hará más que desagradar a Dios. ¿La razón? Es común escuchar a quienes dicen amar al Señor, pero lo niegan con sus hechos.

Sin duda tú que ya cumpliste una primera fase en tu formación de Discipulado , deseas ser un Líder, alguien útil en la obra de extensión del Reino de Dios que lleve otras almas a los pies de Cristo. Si es así, debes tener en cuenta que un imperativo para ti es la Santidad.

¿Es posible lograrla? Sin duda que sí, en la medida en que dependemos del Señor Jesucristo como nuestro Salvador y Guía. Si por el contrario pretendemos lograrlo en nuestras fuerzas, estaremos irremisiblemente condenados al fracaso.

Definiendo qué es una vida santa

Ahora, es probable que te preguntes. ¿Qué es una vida santa? ¿Cómo podríamos definirla? Pues bien, una vida santa es la que lleva quien se aparta de toda práctica de pecado y consagra sus esfuerzos al servicio a Dios y a sus semejantes. En esencia es marginarse de todo aquello que, a conciencia, sabemos que es desagradable delante del Señor.

El apóstol ofreció una definición bastante sencilla pero práctica acerca de lo que significa la santidad que el amado Padre celestial espera de nosotros: “Lo que Dios quiere es que ustedes lleven una vida santa, que nadie cometa inmoralidades sexualesy que cada uno sepa dominar su propio cuerpo en forma santa y respetuosa,no con pasión y malos deseos como las gentes que no conocen a Dios.Que nadie abuse ni engañe en este asunto a su prójimo, porque el Señor castiga duramente todo esto, como ya les hemos advertido.Pues Dios no nos ha llamado a vivir en impureza, sino en santidad. Así pues, el que desprecia estas enseñanzas no desprecia a ningún hombre, sino a Dios, que les ha dado a ustedes su Espíritu Santo.” (1 Tesalonicenses 4:3-8. Versión Popular).

Observe que santidad está estrechamente asociada con un cambio de pensamientos y actitudes hacia Dios y hacia nuestro prójimo. Lo uno no puede estar al margen de lo otro.

Pero si ahondamos más, encontraremos la concepción que Jesucristo transmitió a sus discípulos, y por supuesto a nosotros, en torno a lo que es la santidad y cómo se evidencia “Jesús le contestó: — El primer mandamiento de todos es: ‘Oye, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor.Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.’Pero hay un segundo: ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo.’ Ningún mandamiento es más importante que estos.” (Marcos 12:29-31. Versión Popular).

La santidad, entonces, glorifica a Dios. Es nuestro tributo y reconocimiento a la Salvación que trajo a nuestra existencia.

Cuando se pone de manifiesto en nuestro ser que hay santidad, es evidente también que se produce un crecimiento en el área espiritual. Está íntimamente relacionado con la disposición de ser santos, en consonancia con lo que Dios espera de ti y de mí.

Una pregunta final, ¿qué impide la santidad en nosotros? Ante todo, el ánimo carnal o pecado heredado. Nacimos con él. Pero podemos sobreponernos, si andamos tomados de la mano del Señor Jesucristo. Él nos dará la victoria.

III.- Retos en la vida cristiana práctica

1.- Tú estás dando pasos firmes hacia el servicio en la obra de Jesucristo. ¿Te has preguntado qué implica la santidad para ti?

2.- ¿Has identificado los elementos que impiden que haya santidad en tu vida?

3.- ¿Es posible alcanzar la santidad en nuestras fuerzas? Explica por qué.

4.- ¿Recuerdas qué espera Dios de su pueblo?

5.- ¿Podrías mencionar una de las características de Dios que hemos estudiando en la presente Lección?

Publicado en: Escuela de Discipulado


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