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¿En qué se equivocaron los Mayas con el fin del mundo?

¿En qué se equivocaron los Mayas con el fin del mundo?

El anuncio sorprendió. Lo publicaron en diferentes medios. Una empresa norteamericana ofrecía, a precios exorbitantes pero pagaderos en módicas cuotas mensuales, refugios para el fin del mundo anunciado por los Mayas.

En total se trata de veinte estructuras subterráneas capaces de soportar todo tipo de grandes catástrofes, desde guerras biológicas o nucleares hasta el impacto de un gran asteroide, una rabiosa tormenta solar o un potente terremoto como consecuencia de la catástrofe cósmica universal anunciada por las supuestas profecías de los Mayas.

Cada centro para refugiarse, de 20.000 metros cuadrados distribuidos en cinco pisos subterráneos con paredes de casi un metro de espesor, tendrá capacidad para acoger a unas 200 personas.

Según promete la empresa, los refugios estarán abastecidos con alimentos «gourmet» para un año y asistencia médica y dental. Por supuesto, salvar la vida en uno de estos lugares será un privilegio para unos pocos. Una plaza cuesta nada menos que 50.000 dólares.

La empresa ha recibió 1.000 solicitudes. La construcción de cada refugio tenía — en sus inicios — un costo de unos 10 millones de dólares.Además de salvar las vidas de los potenciales compradores de su espacio, cada refugio se convertirá también en un depósito de ADN.

Los Mayas nunca hablaron del fin del mundo

Alrededor de las famosas “profecías de los mayas” se ha generado toda una industria que venden anualmente más de veinte millones de ejemplares de revistas, libros, publicaciones diversas y documentales que generan miles de dólares.

¿De qué hablan estos materiales? Del fin del mundo según los oráculos, escritos y símbolos que dejó esta comunidad indígena centroamericana. Toman como base la terminación de su calendario, que vendría a ser el 21 de diciembre de 2012— de acuerdo con nuestro sistema de medición de los días.

Advierten que se producirán cambios de alcance mundial que debe ir de la mano de un cambio en todas las personas para “impulsar la humanidad hacia una nueva era”, como advierten los propagadores de las enseñanzas quienes han escrito millares de libros y artículos que copan hoy muchos portales de la Internet, facilitando su difusión.

La que más despierta controversia y sirve de fundamento a las especulaciones, es la primera profecía según la cual a partir de 1999 quedan 13 años para aplicar modificaciones a la conciencia y actitud del género humano.

El comienzo de la conmoción universal se producirá en el sol. El comportamiento de la humanidad, según explicaron en sus escritos los sacerdotes Mayas, experimentaría una modificación sin precedentes. El “nuevo amanecer” de la humanidad— escribieron— estará precedido por una oscuridad sin antecedentes. Esto implica que el infierno y el cielo se estarán manifestando al mismo tiempo y cada quien decidirá el camino a seguir. Después vendrá el fin de los tiempos presentes.

¿Fin de una era o fin del mundo?

Pero, ¿es esto así?. En absoluto. Los Mayas jamás se refirieron al fin del mundo. El antropólogo, Orlando Casares, explicó:

Para los Mayas no existía la concepción del fin del mundo porque concebían el tiempo como cíclico, es decir, terminaba una era y comenzaba otra. La interpretación según la cual los Mayas anunciaron el fin de todas las cosas, ha sido un error histórico…” (Artículo: “¿Quién entiende a los Mayas?. Diario El País, Octubre 28 de 2011, página C4. Colombia).

Este investigador, vinculado al Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH), precisa que la cultura maya hacía sus cálculos a partir del estudio de los astros y tenían definidas eras que tienen una fecha específica de iniciación y una de terminación, para dar lugar a un nuevo ciclo.

El año para esta cultura tenía dos divisiones: la primera, un calendario cotidiano de actividades compuesto por 365 días llamado Habab , y otro de 20 días denominado Tzolkin , que compendiaba las celebraciones rituales con fechas puntuales.

El tiempo lo unían en una rueda calendárica que duraba 52 años. A su vez, varias de estas ruedas convergían en el Bakkun , que era un período de 144 mil días, y 13 de estos Bakkuns , constituían una era.

Ahora, algo más revelador, una serie de signos y escrituras que se refieren a la quinta era Maya y que sirven de fundamento para las especulaciones de los avivatos, están deteriorados por lo que no se puede asegurar que el 12 o el 21 de diciembre del 2012 sirvan de base para afirmar que concluirá o iniciará otra era.

Hay sin duda, un error de interpretación, y de otro, mucha especulación propiciada por quienes están generando ganancias con este engaño mundial.

¿Podemos creerle a los Mayas?

En absoluto, ni a los Mayas ni a nadie que asegure tener fechas exactas sobre el fin del mundo ya que el propio apóstol Pablo advirtió: “Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea maldito.” (Gálatas 1:8, Reina Valera 1960)

Recordemos un poco de la historia de este pueblo aborigen centroamericano, para que encontremos su íntima relación con el ocultismo.

Aquí cabe relacionar la unión entre las prácticas Mayas y el ocultismo, que está sacando el mejor partido de estas especulaciones.

¿La razón? Hoy día nos sorprenden los sacrificios humanos. Causan estupor cuando los asociamos a su realidad: la estrecha relación que tienen con las ceremonias satánicas. Son rituales que datan desde los celtas de la edad de bronce y en la adoración de los dioses en Escandinavia.

Para los habitantes de la antigua Cartago, enemiga sempiterna de Roma, el asesinato ritualista de infantes recién nacidos, era también una manera de aplacar a sus deidades.

Ahora: sorpréndase, en América era común entre los Mayas e Incas, entre otras culturas indígenas.

En el México prehispánico las muertes rituales se llevaban a cabo principalmente en las fiestas que tenían lugar en cada mes del calendario (18 meses de 20 días cada uno) y que estaban dedicadas a una determinada divinidad.

El propósito de estas ceremonias era ejercer influencia en los ciclos de la naturaleza. Después de celebraciones en las que se cantaba y bailaba, se participaba en procesiones, o bien, se realizaban distintos actos de penitencia, como ayunos y punciones; las festividades mensuales alcanzaban su punto culminante en una ceremonia en la que, por lo general, se sacrificaban vidas de personas.Existían también otras formas de sacrificio.

En la fiesta Quiauitl eua, algunos niños eran ahogados en honor a la deidad de la lluvia, Tlaloc, y en la fiesta dedicada a la deidad de la tierra se decapitaba a una joven. Hombres vivos, que se encontraban bajo el efecto del yauhtli (tagetes lucida) eran arrojados al fuego en la fiesta dedicada a Xocotl Uetzi.

Por su parte en la fiesta Tlacaxipeualiztli se realizaba el llamado sacrificio gladiatorio: el prisionero de guerra, atado con una cuerda a una enorme piedra redonda, perforada en su centro, debía luchar contra los guerreros aztecas.

En caso de que el prisionero ofreciera resistencia por un largo rato, podía salvar su vida como premio al valor. Pero en la mayoría de los casos, después de una corta pelea, se desplomaba mal herido y moría cuando el sacerdote le abría el pecho con un cuchillo de obsidiana.

En las ceremonias, el sacerdote, que iba desnudo, se vestía con la piel de la víctima –generalmente niños — que era separada de su cuerpo, como escribió Diego de Landa, Arzobispo de Yucatán (1,524-1,579). Uno de sus fundamentos son los restos de un menor hallados en las ruinas mayas de la Ciudad de Chichén Itzá. chi (boca), chén (laguna) y itzá (los Mayas)

En esa laguna se encontraron 127 esqueletos que fueron analizados en Physical Anthropology Sektion, del Museo antropologico de México. El 80% eran criaturas entre 3 y 11 años. Esta práctica es muy similar a la utilizada por los adoradores del dios fenicio Moloc.

Nadie sabe cuánto será el fin del mundo

No desconocemos que esta cultura indígena alcanzó un desarrollo admirable en campos como la escritura (jeroglíficos o Copán), el lenguaje, la astronomía y las matemáticas entre otras disciplinas, pero eso hecho no debe llevarnos a concluir que las profecías Mayas son la verdad revelada y que el mundo terminará el 21 de diciembre de 2012. Recordemos lo que enseñó el Señor Jesús: “Nadie sabe el día ni la hora en que yo vendré; no lo saben ni siquiera los ángeles del cielo. Es más, tampoco yo lo se. Sólo Dios, mi Padre, lo sabe.” (Mateo 24:36, Traducción en Lenguaje Actual)

Aún cuando no podemos determinar cuándo estará listo el escenario para el regreso del Señor Jesucristo, nuestro Salvador hizo algunos adelantos: “Ustedes oirán que en algunos países habrá guerras, y que otros países están a punto de pelearse. Pero no se asusten; estas cosas pasarán, pero todavía no será el fin del tiempo. Porque los países pelearán unos contra otros, la gente no tendrá qué comer, y en muchos lugares habrá terremotos.” (Mateo 24:6-8, Traducción en Lenguaje Actual)

Otra evidencia inequívoca, es el distanciamiento de Dios por parte del género humano. El apóstol Pablo instruyó que “… antes que llegue el fin del mundo, la gente enfrentará muchas dificultades. Habrá gente egoísta… No respetarán a Dios ni obedecerán a sus padres, sino que serán malagradecidos y ofenderán a todos. Serán crueles y violentos, no podrán dominar sus malos deseos, se llenarán de odio, dirán mentiras acerca de los demás, y odiarán todo lo que es bueno.” (2 Timoteo 2:1-3, Traducción en Lenguaje Actual)

Estas evidencias, que en millares de personas producen desespero, llevan a quienes se aprovechan de la credulidad de las personas para atribuirle a los Mayas supuestas profecías sobre el fin del mundo.

No es nada nuevo porque en medio del panorama que nos rodea, surgen muchos aquí y allá vaticinando que es inminente el fin del mundo. Llegan incluso a fijar fechas; sin embargo, el Señor Jesús alertó que “Llegarán muchos falsos profetas y engañarán a muchas personas.” (Mateo 24:11, Traducción en Lenguaje Actual)

¿Qué hacer? Lo esencial: permanecer alerta, fieles a Cristo. Que no nos sorprenda la noche y estemos inmersos en una vida de pecado porque en ese caso, lo que sí tendríamos asegurada, es la condenación eterna. Fidelidad a Dios y perseverancia a pesar de que todo alrededor amenace con venirse a tierra. Eh ahí lo esencial.

¿Recibió a Cristo en su corazón?

La mejor decisión que toda persona puede tomar, es rendirse a Cristo, Abrirle las puertas de su corazón. Es sencillo, basta que le diga en oración allí donde se encuentra:

“Señor Jesucristo, reconozco que he pecado y que hasta hoy, mi vida ha sido un fracaso porque la mente del viejo hombre me dominaba. Gracias por morir por mis pecados en la cruz y abrirme las puertas a una existencia renovada. Te recibo en mi corazón como único y suficiente Salvador. Haz de mi la persona que tú quieres que yo sea. Amén”

Puedo asegurarle que su vida jamás será la misma. Aceptar a Cristo es la mejor decisión. Ahora tengo tres recomendaciones para usted: la primera, que ore diariamente. Orar es hablar con Dios. La segunda, que lea la Biblia. Es un libro maravilloso en el que aprenderá principios para el crecimiento y la transformación personal y espiritual, y por último: comience a congregarse en una Iglesia cristiana. Otras personas que comparten su fe en Jesucristo, le ayudarán en el proceso de cambio.

Publicado en: Guerra Espiritual


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