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Desarrolle comunión con Dios junto con su familia

Desarrolle comunión con Dios junto con su familia

1.- Lectura Bíblica: 1 Corintios 1:9; Hebreos 9:24-28

3.- Meditación familiar:

¿Cómo desarrollar comunión con Dios, no solo en mi condición de esposo o esposa sino a nivel familiar?

En el Antiguo Testamento no encontramos un término específico ni tampoco alguna alusión Escritural que configure un proceso mediante el cual el hombre podía tener comunión con Dios. Por el contrario, siempre se enfatizaba que a través de los sacrificios de animales, el hombre buscaba cubrir su pecado y congraciarse con Dios (Éxodo 12:2-13; Levítico 1; 6:8-13; 8:18-21; 16:24).

Sólo en el Nuevo Testamento, y gracias a la obra redentora del Señor Jesucristo, se abrieron las puertas para tal comunión (gr. Koinonía).

Lo que sí es evidente es que gracias al Señor Jesús ahora podemos tener comunión con Dios. ¿Qué lo hizo posible? El sacrificio del Señor Jesús que nos limpió de todo pecado y nos presentó justos delante de Dios el Padre (Hebreos 9:24-28). Ahora, si tenemos comunión con Dios, este proceso está ligado al crecimiento en nuestra vida espiritual. El Señor Jesús nos acercó a Dios (Juan 14:6)

El propio Señor Jesús rogó al Padre que guardara a sus seguidores en unidad (Juan 17:11, 20-23) Es decir, la unidad constituye un aspecto de suma importancia de acuerdo con la forma como Dios ve las cosas. Incluso, los primeros cristianos evidenciaron comunión (gr. koinos) en sus relaciones interpersonales (Hechos 2:41, 42; Gálatas 2:9)

¿Podemos llegar a Dios y mantenernos en Él? Por supuesto que sí. No solo usted sino también su cónyuge y sus Dios. Es posible a través de Jesucristo. Él dijo claramente:

“ Jesús le contestó: — Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí. ” (Juan 14:6. Nueva Traducción Viviente)

Mantener unas buenas relaciones con los demás, no es opcional, es imperativo; es decir, debemos poner todo de nuestra parte para llevarnos bien con otras personas. Esto toma fundamento en el llamamiento que Dios nos hizo a una vida de comunión con Él, y con Jesucristo, su Hijo (1 Corintios 1:9; 2 Corintios 13:14), pero que debe reflejarse en la relación con otras personas.

La comunión con Dios y con las personas que nos rodean, se refleja con hechos. Gracias a la obra del Espíritu Santo en el cristiano, se puede producir una comunión con Dios pero también con los demás.

Recuerde que, de acuerdo con Filipenses 2:1, 2 tenemos buenas relaciones interpersonales cuando, primero, hay comunión con Dios y, en el caso del trato con otras personas, enfatizamos en el respeto mutuo, desistimos de toda rivalidad y procuramos que todo busque el buen común.

Es hora de volvernos a Dios, y con nosotros, nuestra familia. Permitir que Él gobierne el hogar. El primer paso en esa dirección es abrirle las puertas del corazón, invitarlo para que more en nosotros y permitir que nos transforme conforme a Su preciosa voluntad. ¡Reciba hoy a Jesucristo en su corazón!

3.- Oración familiar:

“Dios de los cielos, gracias por el nuevo día que nos regalas a nivel familiar. Te pedimos que nos guardes, orientes y permitas avanzar cada día hacia nuevas metas. Sometemos nuestras vidas en tus manos y reconocer que en tus manos, podemos obtener la victoria. Amén”

4.- Una Meta familiar para hoy:

Pediré a Dios que me permita reconocerle en todos mis caminos y pedir su orientación diaria cuando vaya a desarrollar planes y proyectos.

Publicado en: Altar Familiar


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