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¿Cómo afecta el machismo a la relación de pareja?

¿Cómo afecta el machismo a la relación de pareja?

1. Lectura Bíblica: Efesios 5:21-30; 1 Pedro 3:1-7

2. Objetivos:

2.1. Que al término de la reunión del Grupo Familiar los asistentes comprendan la necesidad de brindar un trato apropiado y respetuoso a la esposa.

2.2. Que al término de la reunión del Grupo Familiar los asistentes aprendan el principio de llevar una buena relación de familia como está en el Plan de Dios.

2.3. Que al término de la reunión del Grupo Familiar los asistentes asuman el compromiso de aplicar correctivos cuando adviertan que en su hogar hay un comportamiento machista.

3. Desarrollo del tema:

Muchos de los problemas matrimoniales tienen su origen en diversos factores: incompatibilidad que impide el entendimiento en la pareja, dificultades económicas, antagonismo en el carácter, y uno aspecto que sigue latente en la relación conyugal: el machismo.

¿De qué manera nos afecta? ¿Está permitido de acuerdo con las Escrituras? ¿Cómo perjudica el machismo en la relación de pareja y en el interactuar con los hijos? Es el punto esencial alrededor del cual gira la Lección para Célula Familiar de hoy.

3.1. Un problema latente en nuestro tiempo

La situación de mujeres enfrentando el machismo de sus esposos no es nueva, particularmente en países de Latinoamérica, y el fenómeno tiende a crecer. Sin lugar a equívocos podríamos decir que los matrimonios están en crisis. No todos, pero buena parte de ellos.

¿A qué se debe esta situación? Al desorden que impera y que ha llevado a desconocer y valorar la función de otro. El esposo tiene una ocupación específica en el hogar y la esposa otra, aunque son complemento mutuo.

El esposo debe orientar, guiar y amar a su familia, partiendo de la relación de debe sostener con su esposa. Ella a su vez, se sujeta al esposo no para ser subyugada y perder toda oportunidad de pensar y decidir, sino para constituirse en ayuda idónea. Es esencial que revisemos los rolles de la pareja y aprendamos –de acuerdo con las Escrituras— el papel que juega la esposa en la relación.

Cuando vamos a las Escrituras encontramos que la relación de pareja se fundamenta en reconocer, valorar y respetar la posición de cada uno de los cónyuges.

¿Cómo entender la sujeción? En primer lugar es importante anotar que la sujeción mutua forma parte del esquema matrimonial: “Es más, sométanse unos a otros por reverencia a Cristo.” (Efesios 5:21. NTV).

Esta instrucción del apóstol Pablo se orienta en dos sentidos: Sujeción a Dios, y sujeción entre los cónyuges.

La sujeción mutua al interior de la relación de pareja está en el plan de Dios (Efesios 5:22), pero entendamos algo: Una esposa se sujeta a su marido en reconocimiento del papel que él juega en el hogar como lo podemos leer en las Escrituras: “Esposas, sujétese cada una a su esposo como corresponde a quienes pertenecen al Señor.” (Colosenses 3.18. NTV).

Una mujer que pretende gobernar a su marido, no solo desconoce el liderazgo que el Señor le concedió a Él, sino que además va en contravía del plan divino.

Ligado a esto es esencial aclarar que la sujeción de la esposa no puede ser interpretada como sometimiento o subyugación, porque de acuerdo con las propias Escrituras, el esposo está llamado a amar a su cónyuge: “Maridos, ame cada uno a su esposa y nunca la trate con aspereza.” (Colosenses 3:19. NTV)

De acuerdo con las Escrituras, la sujeción de la esposa es una forma de testimoniar que se trata de una mujer cristiana (Leer 1 Pedro 3:1). Es reconocer el orden establecido para la familia, y constituye una forma de testimoniar de Cristo al esposo.

3.2. Una relación de compromiso

La relación de pareja se afianza con el compromiso del esposo de brindar cuidado a su cónyuge e hijos. El que la esposa acepte sujetarse a su marido debe ser apreciado desde una perspectiva cristiana y no machista: “…porque el marido es la cabeza de su esposa como Cristo es cabeza de la iglesia. Él es el Salvador de su cuerpo, que es la iglesia.” (Efesios 5.23)

El apóstol Pablo ilustra la relación de pareja con la relación de Cristo y su iglesia (Efesios 5:24). Deja claro que el esposo es cabeza en el hogar y debe tener especial cuidado de su cónyuge y de los hijos

Las Escrituras establecen un imperativo para los esposos: Amar a su cónyuge: “Para los maridos, eso significa: ame cada uno a su esposa tal como Cristo amó a la iglesia. Él entregó su vida por ella a fin de hacerla santa y limpia al lavarla mediante la purificación de la palabra de Dios. Lo hizo para presentársela a sí mismo como una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga ni ningún otro defecto. Será, en cambio, santa e intachable.” (Efesios 5:25-27).

El amor del esposo hacia su cónyuge se expresa con comprensión y apoyo, sin asperezas (Colosenses 3.19)

Es importante resaltar aquí que el buen trato que le da el esposo a su cónyuge testimonia de su vida cristiana

¿De dónde podemos inferir esta enorme responsabilidad y compromiso del marido? De las propias Escrituras. El esposo debe amar, cuidar, proteger y tratar con especial cuidado a su cónyuge (1 Pedro 3.7). Esto implica tratar a la esposa con sabiduría y concederle el honor y lugar que le corresponde.

3.3. Valorar que son una sola carne

No podemos olvidar que en la relación de pareja el esposo y la esposa se convierten en una “sola carne”. Amar a la esposa es fundamental. Si expresamos un sentimiento destructivo hacia ella es tanto como atentar contra nuestro propio cuerpo (Efesios 5.28). Enfatizo en lo que dice el texto:“El que ama a su esposa, a sí mismo se ama”

Otro aspecto importante es tener en cuenta que así como cuidamos nuestro cuerpo, y el Señor Jesús cuidad de su esposa, la Iglesia, debemos cuidar de nuestro cónyuge (Efesios 5:29). No podemos perder de vista el hecho de que junto con nuestra esposa somos “una sola carne” (Efesios 5:31-33).

Y por último, no olvide que es a través de dos pasos que logramos éxito a nivel familiar: El primero, concederle a Dios el primer lugar, y el segundo, oración a nivel familiar. Puedo asegurarle que son cimientos infalibles que le llevarán a la victoria siempre.

4. Preguntas para la discusión en el Grupo Familiar:
  1. ¿Hay en nuestro hogar evidencias de machismo?
  2. ¿Qué trato reciben nuestro cónyuge y nuestros hijos?
  3. En la toma de decisiones, ¿inciden nuestro cónyuge y nuestros hijos?
  4. ¿Se ha preguntado por qué las Escrituras ordenan al esposo que ame a su cónyuge?
  5. ¿Ama usted a su esposa y le expresa ese amor con palabras y hechos?
  6. ¿Hay correctivos que debe aplicar en el trato que le prodiga a su esposa y sus hijos?
  7. ¿Podría asumir un compromiso de cambio, en el que se esforzará esta semana con ayuda de Dios?
5. Oración al terminar la Célula familiar:

“Amado Padre celestial, reconocemos como familia que hay dificultades y que muchos de los problemas tienden a agravarse porque nos falta la humildad necesaria para reconocer que hemos fallado y que es urgente aplicar correctivos. Ayúdanos a determinar si en la relación ha venido imperando el machismo y, con Tu poder, disponernos a cambiar. Sabemos que no es posible en nuestras fuerzas pero sí con tu divina intervención. Sometemos nuestra vida y hogar en tus manos. Amén”

Publicado en: Grupos Familiares


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